

El general Marcos Pérez Jiménez habla con voz aplomada y muy buena dicción. Es su alocución de año nuevo, que emite por radio desde su despacho en Miraflores, el 31 de diciembre de 1957, a las 6 de la tarde. Como es hábito en él, este discurso no va a rebasar los 20 minutos en los que, como siempre, aludirá a las obras concluidas en el periodo anual declinante y anunciará las proyectadas para el siguiente año.
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