Dario Bermúdez
Corría el año 1973, y el Complejo Petroquímico El Tablazo
se encontraba en plena construcción bajo la supervisión y ejecución de la
transnacional norteamericana Kellogg’s..
Para esa misma época era común y necesario el
mantenimiento al sistema eléctrico interconectado que le suministraba la
energía al complejo, el señor José
Mavarez pertenecía a la cuadrilla encargada de éstos menesteres y se
dispuso a reparar unas líneas de alta tensión, sin cumplir con las mínimas
normas de seguridad, propias de estas tareas; montado en una escalera y
sujetado con una correa de seguridad intentó manipular el tendido eléctrico en
“vivo”.
Producto de la mala praxis, el señor Mavarez hace contacto con el
cableado y se produce un “corto circuito” , en consecuencia, recibe una
descarga eléctrica, se rompe la correa de seguridad y el mencionado trabajador
se desploma cayendo al pavimento, producto de la descarga convulsiona,
su piel se torna morada y comienza a brotar sangre de sus oídos, en ese
preciso instante un supervisor de la obra de origen norteamericano se percata
de la irregularidad y procede a tomarlo por el cuello, le extrae la lengua y
con una navaja que cargaba en su bolsillo
procede a hacerle un corte en el músculo para descargarle la energía
acumulada en su cuerpo.
Seguidamente la ambulancia del cuerpo de bomberos
adscritos al complejo industrial llega al sitio de los hechos y continúan con
los primeros auxilios al Sr. José Mavarez para proceder inmediatamente, a su
traslado a un centro médico, no sin antes reconocer la oportuna intervención
del ingeniero norteamericano.
Gracias a la acción oportuna y rápida de éste héroe anónimo, Mavarez lleva en la
actualidad una vida normal al lado de sus seres querido.
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