El magnicidio de Carlos
Delgado Chalbaud
Roberto Lovera
De Sola
Martes, 16 de
noviembre de 2010
(Un hombre, su
circunstancia y su tragedia)
Se
cumplieron este 13 de Noviembre de 2010 los sesenta años del asesinato del
presidente comandante Carlos Delgado Chalbaud, momento en que se debe volver a
mirar a aquella trágica figura y repasar los sucesos de su eliminación física.
Eso es lo que nos proponemos hacer aquí.
1948-1958:
UNA DECADA SOMBRIA
No
se dieron cuenta aquellos que derrocaron al presidente Isaías Medina
Angarita(1897-1953), Carlos Delgado Chalbaud el personaje entre otros, lo que
estaban convocando con la ruptura institucional producida el 18 de Octubre de
1945. La inestabilidad política se hizo presente en Venezuela, de hecho desde
el día siguiente del 19 de Octubre de 1945, noche de la instalación de la Junta
Revolucionaria de Gobierno, se iniciaron las conspiraciones para derrocar aquel
gobierno. Los sucesos violentos que se sucedieron fueron su consecuencia: el
golpe contra Rómulo Gallegos(Noviembre 24, 1948), el asesinato del comandante
Carlos Delgado Chabaud(Noviembre 30,1950), el fraude electoral dos años
después(Noviembre 30, 1952), el asentamiento de la dictadura plena de Pérez
Jiménez(Diciembre 2,1952), los sucesos del derrocamiento de este mismo
autócrata fueron las consecuencias de ello e incluso toda la inestabilidad
vivida bajo el gobierno del contralmirante Wolfgang Larrazabal(1911-2003)
y los veinte intentos resistidos en el segundo gobierno de Rómulo
Betancourt(1908-1981). Asentar la democracia plena no requería de un golpe de
Estado sino en dejar el normal desarrollo del proceso democrático el cual venía
tan bien encaminado desde el 17 de Diciembre de 1935. E incluso, estabilidad
institucional había habido desde muy atrás, porque cuando el general Juan
Vicente Gómez(1857-1935) sustituyó en la presidencia de Cipriano Castro el 19
de diciembre de 1908 era el vicepresidente legítimo. Y el propio Gómez fue
quien organizó su propia sucesión, llevada a cabo al producirse su deceso. El
18 de Octubre de 1945 aquella posibilidad se cerró, se abrió otra espita que no
logró cerrar sino el propio presidente Betancourt, como si estuviera pagando su
propio pecado, después del cruento levantamiento armado de El Porteñazo(Junio
2,1962), en el cual hasta una ruda batalla hubo, denominada de La Alcantarilla.
Mandó las tropas del gobierno aquella mañana el coronel Alfredo Monch Siegert.
Así
como consecuencia del golpe que derrocó al régimen legítimo del maestro
Gallegos se constituyó un ejecutivo colegiado formado por los tenientes
coroneles Carlos Delgado Chalbaud, Marcos Pérez Jiménez(1914-2001) y Luis
Felipe Llovera Paéz (1913-1977).
Durante
esta década fueron la cabeza visible del Ejecutivo primero el comandante Carlos
Delgado Chalbaud, al ser asesinado este, en crimen aun no esclarecido en todos
sus detalles(noviembre 30 1950), estuvieron encargados los otros dos miembros
de la Junta (noviembre 27, 1950-diciembre 2, 1952), hasta que fue electo el
abogado Germán Suarez Falmerich(1907-1990), quien ejerció el poder (noviembre
27,1950-diciembre 1,1952) el poder hasta que, después del fraude electoral
(noviembre 30, 1952) Pérez Jiménez asumió la dictadura(diciembre 2, 1952).
Así
durante una década ejercieron la presidencia Delgado Chalbaud, Suarez Flamerich
y Pérez Jiménez.
COMO
ERA
Un
hombre de una compleja personalidad el comandante Delgado. Utilizamos aquí los
testimonios recopilados por su biógrafa Ocarina Castillo(Carlos Delgado
Chalbaud. Caracas: El Nacional/Banco del Caribe,2006.142 p.).
Fue
Delgado: “Profesional de la ingeniería, con formación y experiencia militar,
conocía varias lenguas y hablaba perfectamente el francés y el inglés. Era una
lector incansable de literatura, filosofía, sociología, historia, religión y
política. Gustaba de la poesía y de la música clásica…manifestando su
predilección por Beethoven…disfrutaba de la ópera…Desaliñado en el
vestir…poseía un temperamento nervioso que se intranquilizaba más en las
situaciones tensas. Sobrio, sencillo en el trato, conversador, agradable y
fino, poco afecto a las fiestas, enamoradizo y de éxito con las mujeres.
Siempre con un cigarro entre los dedos y una taza de café a mano. Afecto a la
comida francesa…Físicamente era blanco, delgado, pelo lacio, rubio, no se
parecía a su padre sino a sus antepasados Velutini…tenía un ‘poder magnético
extraordinario, sabía atraer a las masas”(Carlos Delgado Chalbaud,p.44).
Su
hermana Elena lo describió como de “carácter, su firmeza, su fácil amistad y su
disciplina”(p.17), fue gran lector, deportista, “triste y reservado” lo
describe su amigo Laureano Vallenilla Planchart(1912-1973); “poco comunicativo
y tímido”(p.50) lo describió Carlos Pérez Jurado; “muy inteligente, con muchos
conocimientos, muy culto”(p.50) lo observó Ramón J. Velásquez; por ello se
pregunta Federico Vegas en la novela histórica que le dedicó: “Un hombre de
tanta interioridad tiende a encerrarse cuando no se siente comprendido” (Sumario.
Caracas: Alfagura, 2010,p.127);”era un hombre con gran sentido de la
oportunidad y con una rapidez mental extraordinaria”(p.63) dice Velásquez;
“vacilante y tímido”(p.80) lo califica Vallenilla Planchart; “talento,
disciplina y capacidad de mando”(p.81), “facilidad para interactuar y
desplazarse con prudencia y soltura en el mundo diplomático”(p.81) dice su
biógrafa; Carlos Pérez Jurado: “Aun en las situaciones difíciles, podía salir
con finura y elegancia…Era hombre patriota y carente de interés por
enriquecerse”(p.105).
UN
HECHO PSICOLOGICO
Creemos
que no se puede entender la personalidad de Delgado Chalbaud, las vacilaciones
que varios analistas le reconocen, sin tener en cuenta un grave hecho
psicológico y afectivo de su vida: fue solo durante escasos seis años de su
vida en los cuales Delgado Chalbaud tuvo trato pleno con su padre el general
Román Delgado Chalbaud(1882-1929). Solo estuvo junto a él entre su nacimiento y
los cuatro años y luego catorce años después, entre los diez ocho y los veinte
años. Lo perdió dos años después de haberlo reencontrado en el ataque a
Cumaná(Agosto 11, 1929), cuando él tenía veinte años. Sin el conocimiento de
este hecho psicológico tan decisivo en cualquiera vida humana, sobresaliente en
la personalidad del comandante Delgado no se le puede comprender a con toda
certeza. Y durante aquellos catorce años(1913-1927) el padre estuvo ausente en
una etapa que es decisiva en todo hijo, para él entre los cuatro y los diez y
ocho años el padre no estuvo presente, no lo vio crecer, ni hacerse hombre. Y
es más: fue un padre, quien por estar preso en La Rotunda gomera, debió ser
admirado por su heroísmo por el hijo, pero debió verlo casi como un fantasma
pues apenas lo conocía. Desde lejos quiso emularlo, lo acompañó en la fatídica
invasión por Cumaná pero allí el padre perdió la vida y el hijo se volvió a
quedar solo, figuras paternas fueron en adelante para él José Rafael
Pocaterra(1889-1955) y Rómulo Gallegos(1884-1969). Por ello quiso, dentro de su
formación personal emular al padre pero cayó, como el papá, en el intento. Es
por ello que dentro de la historia de Venezuela la vida del comandante Delgado
no puede ser vista sino como un drama, una tragedia en la cual él héroe cae en
la acción como los personajes del teatro griego clásico. Este es un aspecto de
su vida que no puede ser soslayado. Delgado fue más que el tímido que nos
describe Rómulo Betancourt, más que el que solo el incisivo: alguien que quiso
cosas para las cuales seguramente no tenía fuerzas, lo oscuro de la sociedad
venezolana, todo lo patológico que hay en nosotros lo derrotó. Se hizo verdad
lo que pensó el general José Rafael Gabaldón Iragorry(1882-1975), el último
caudillo de nuestras guerras civiles, “los idealistas no tenemos cabida en la
política de Venezuela”.
EL
COMANDANTE PRESIDENTE
Al
producirse el golpe, remitimos, que desalojó del poder al presidente Rómulo
Gallegos(Noviembre 24,1948) asumió el gobierno la Junta Militar de
Gobierno. Esta estaba presidida por el teniente coronel Carlos Delgado Chalbaud.
Carlos
Delgado Gómez, su verdadero nombre, aunque él siempre utilizó al firmar los dos
apellidos de su progenitor, nació en Caracas, en una casa situada entre las
esquinas de Velásquez a Santa Rosalía(Enero 20, 1909). Fue hijo del
general Román Delgado Chalbaud y de Luisa Helena Gómez Velutini. Tuvo dos
hermanas Elena y Elisa, esta murió muy niña.
El
padre del presidente de la Junta había servido en los gobiernos de Castro y
Gómez. Luego en 1913, conspiró contra Gómez y fue a dar a La Rotunda, el
17 de Mayo de 1913, el hijo tenía cuatro años en aquel momento.
Mientras
su papá estaba secuestrado su hijo hizo sus estudios de primaria en Caracas,
parece ser que en el Colegio San Pablo, aunque hay fuentes que señalan en el
Colegio Chávez. Pasó unos años de estudió en los Estados Unidos. En 1924 o 1925
como exilada política la familia pasó a Francia, estudió en la Liceo Lakanal,
allí se destacó como estudiante y obtuvo el título de Bachilller en Latin,
Ciencia y Filosofía en 1928.
Román
Delgado Chalbaud estuvo preso hasta el 24 de Marzo de 1927. Dejó el país y en
Abril llegó a Le Havre, pasó a París y se encontró con la familia. El hijo
tenía diez y ocho años, el padre era prácticamente una leyenda pero también un
desconocido para él. A París les llegaron noticias de los sucesos
de la “Semana del Estudiante”(Febrero 6) en Caracas y de la aparición de la
Generación de 1928, algunos de aquellos jóvenes, como Rafael Vegas(1908-1973) o
Armando Zuloaga Blanco(1905-1929), llegaron a París como exilados y participaron
en la expedición del Falke que ya se preparaba.
En
Francia el General preparó la “Invasión del Falke” la cual arribó a las costas
venezolanas en 1929, el 11 de Agosto llegaron al puerto de Cumaná. Fue un
rotundo fracaso. Román Delgado Chalbaud perdió la vida en el combate en
la Calle Larga de Cumaná. El hijo también participó en la expedición del Falke
y tras el fracaso Delgado Chalbud logró regresar a Paris el 28 de Septiembre de
1929. Debió asumir las consecuencias económicas que para su familia tuvo la
aventura del padre ya que la expedición había sido financiada en buena parte
con dinero de los Delgado. Además la polémica y las acusaciones entre los
civiles no se hizo esperar, esta puede ser seguida con exactitud en los papeles
del archivo de José Rafael Pocaterra, quien desde el deceso del General se fue
convirtiendo en una figura paterna para Delgado Chalbaud, también lo sería en
poco tiempo el maestro Gallegos. En 1930 Carlos Delgado Chalbaud viajó a Nueva
York. Al regresar a París inició en “Ecole des Travaux Publics” sus estudios de
ingeniería, profesión en la que se graduó el 28 de Julio de 1933, recibió
también el título “Ingeniero en Obras Públicas” al año siguiente(Agosto
25,1934).
En
esos años se relacionó afectivamente con la francesa Juliet Jorneau, de esa
unión, que nunca llegó a ser un matrimonio, nacieron sus dos hijos varones
mellizos, Carlos Román y Román Carlos, quienes se criaron con su tía Elena
Delgado de Lambert. Juliet Jorneau se suicidió años después. A poco se casó Delgado
con la rumana Lucía Levine(1911), mujer de izquierda, madre de su hija Elena
Delgado Levine, ambas, madre e hija, también se suicidaron. En 1935 vivió en
España, estuvo un largo tiempo en Barcelona en la casa de Rómulo Gallegos y su
esposa Teotiste Arocha Egui.
VUELTA
DEL EXILADO
Muerto
Gómez regresó a Venezuela. En 1936 ingresó Delgado en el ejército venezolano
(Septiembre 15) con el grado de Capitán. Entre los años de 1936-1939
volvió a Francia a realizar cursos de especialización en Ingeniería Militar en
la Escuela de Guerra de Versalles a donde lo envió el presidente Eleazar López
Contreras(1883-1973). Así antes incluso de ejercer funciones políticas en
nuestro país, antes del golpe de 1945, era uno de los oficiales mejor
preparados del ejército de nuestro país, el único universitario, con estudios
de post grado castrense.
RETORNO
Delgado
retornó, terminado sus estudios en Francia, en 1939. Dice su biógrafa, Ocarina
Castillo, “Con su retorno a Venezuela se abrieron para él nuevos caminos: su incorporación
a las Fuerzas Armadas y su participación en el escenario político venezolano,
pero, sobre todo, la recuperación de su identidad, de si mismo, la de ser hijo
de Román Delgado Chalbaud, la de ser venezolano”(Carlos Delgado Chalbaud,p.46).
Se
iniciaron en 1939 once años de una activa vida profesional, los únicos que
tuvo. Fue oficial al servicio del Estado Mayor y Profesor de la Escuela
Militar. En Enero de 1941 fue ascendido a Capitán. Entre ese año de 1939 y 1945
Delgado se dedicó al Ejército, llegó a participar en maniobras conjuntas con el
Ejército de los Estados Unidos. Fue un profesor que gustó de su cátedra, fue
también Capitán Comandante de la Primera Compañía de Zapadores del Batallón de
Ingenieros “Francisco Avendaño”, que fue “el primer batallón de combate que el
que contó el Ejército de Venezuela” indica la profesora Castillo(Carlos
Delgado Chalbaud,p.49), formó parte de la comisión que preparó el Plan de
Mejoramiento del Ejército Nacional, en 1942 formó parte de una comisión oficial
que viajó a Trinidad, ese mismo año hizo igual gira a los Estados Unidos para
realizar un curso de Química de Guerra. A su regreso fue nombrado Jefe de la
Quinta Sección del Estado Mayor General y Jefe de Estudios de la Escuela
Militar.
EN
EL GOLPE DE 1945
Su
participación en nuestra vida política se dio al participar en el golpe de
Estado del 18 de Octubre de 1945. Para incorporarse a aquel movimiento
formó parte de la “Unión Patriótica Militar”, cuya constitución si bien no se
ha logrado fechar con exactitud parece haberse vertebrado en 1942,
desapareciendo un tiempo y reapareciendo en 1944, sus miembros hicieron
contacto con los dirigentes de Acción Democrática(AD) con los cuales se unieron
para derrocar al general Isaías Medina Angarita. El entonces mayor Delgado
Chalbaud parece haber sido uno de los últimos oficiales en incorporarse, a
mediados de septiembre, a la conspiración. Fue el teniente Edito
Ramírez(1913-1999) quien lo atrajo a la filas de la insurección. En ese momento
el suceso de la candidatura de Diógenes Escalante(1879-1964) había concluido
ese mismo mes y precipitando el golpe.
Entre
las razones de los militares participantes, además de las apetencias de poder
de Marcos Pérez Jiménez y Rómulo Betancourt, se encontraba el deseo de los
oficiales preparados, varios en el exterior, como Delgado, Pérez Jiménez y Luis
Felipe Llovera Páez. Varios de ellos habían conocido de cerca los deseos de los
militares de dominar en la escena política de América Latina, la “Internacional
de las Espadas” ya se desarrollaba, además el año 1945 la Segunda Guerra
Mundial había terminado y el peronismo ascendía al poder en Argentina,
curiosamente el 17 de Octubre de 1945, el día antes del golpe caraqueño.
En
las reuniones de los miembros de la “Unión patriótica militar” con los líderes
de AD se encontró Delgado varias veces con Rómulo Betancourt. Del ex
presidente son estas observaciones sobre la personalidad de Delgado: era para
él un hombre de “compleja y contradictoria psicología”, lo observaba como “un vacilante
constitucional”, lo veía como “lo más distante del hombre afirmativo”,
encontraba en él un “introvertido y tímido temperamental” quien sólo “daba el
paso al frente en el momento crítico”(Venezuela: política y petróleo.
Caracas: Ediciones Senderos,1967,p.237-238,563) como le sucedió en 1945, en
1948 y posiblemente el día de su asesinato.
La
decisión final para la acción se tomó en la casa de la madre de Delgado en El
Paraíso. En la mañana del 18 de Octubre Pérez Jiménez fue detenido en el
Cuartel Ambrosio Plaza, la conspiración había sido descubierta. Esta fue la
clarinada para la acción. Fue precisamente el propio Delgado quien inició las
acciones del golpe en la Escuela Militar hacia el mediodía de 18 de Octubre al
detener a Ruperto Velasco, a poco fue tomado el Palacios de Miraflores y el
Cuartel San Carlos, luego se sumó la guarnición de Maracay. Medina Angarita,
hombre todo bohonomía, decidió capitular para evitar un derramamiento de sangre
innecesario, se entregó a Pérez Jiménez y quedó detenido hasta su expulsión del
país. La Revolución de Octubre había triunfado. La noche del 19 de Octubre,
bajo la magra luz de las lámparas de gasolina pues no había luz en el viejo
caserón crespero, se instaló en el Palacio de Miraflores el nuevo gobierno presidido
por Rómulo Betancourt. La Junta Revolucionaria de Gobierno, como se la
denominó, estaba formada, además de por Betancourt, por los civiles Raul
Leoni(1905-1972), Ministro del Trabajo, Luis Beltrán Prieto
Figueroa(1902-1993), Secretario de la Junta, Gonzalo Barrios(1902-1993),
Gobernador del Distrito Federal, Edmundo Fernández(1905-1979), Ministro de
Sanidad y los oficiales Mario Ricardo Vargas(1913-1949) y Carlos Delgado
Chalbaud, quien fue nombrado Ministro de Guerra y Marina.
EL
TRIENIO 1945-1948
Delgado
Chalbaud como Ministro de Guerra y Marina, fue quien lo transformó en
Ministerio de la Defensa. Durante aquella administración fue ascendido a
Teniente Coronel. Fue el quien como Ministro desarrolló todos los planes de
mejoramiento y de profesionalización de las Fuerzas Armadas, esta fue una de
las razones que llevaron a los oficiales a insurgir contra el gobierno de
Medina.
Entre
los cambios introducidos en las Fuerzas Armadas en los años en que fue Ministro
se contaron nuevas normas para los ascensos militares basados en la excelencia
y años de servicio; de un decreto del 26 de Junio de 1946 pueden datarse los
hechos del proceso de modernización del Ejército, Marina y Aviación, así,
señala Ocarina Castillo, “los años 45 al 47 fueron de un activísimo proceso de
institucionalización de las Fuerzas Armadas”(Carlos Delgado Chalbaud,p.74).
Anota
la profesora Castillo sobre los sucesos de 1945 y la ulterior vida de Delgado:
“Lo cierto es que esta jornada significó el inicio de un nuevo ciclo en la vida
política de nuestro país: dio paso a la modernización de nuestro sistema
político, permitió la emergencia de los militares académicos y abrió las
puertas a nuevos actores políticos y sociales. También significó un cambio en
la vida de nuestro personaje: el acceso a la vida pública, a los círculos del
poder político, el conocimiento de los extravíos y manipulaciones, el reino de
las rivalidades y de los manifiestos y ocultos intereses”(Carlos Delgado
Chalbaud,p.63).
Cuando
se comenzó a ver el proceso de resquebrajamiento de las relaciones entre
militares y civiles en el gobierno de la Junta Delgado fue factor de
equilibrio, serlo era una condición de su personalidad. Esas graves diferencias
eran ya evidentes cuando se produjo el triunfo electoral del maestro Gallegos(Diciembre
14,1947) ya Juan Domingo Perón(1895-1974) y Manuel Odría(1897-1974) gobernaban
en Argentina y Perú en forma dictatorial.
MINISTRO
DE GALLEGOS
Terminado
el gobierno de la Junta Revolucionaria de Gobierno e iniciado el del presidente
Gallegos el comandante Delgado fue ratificado como Ministro de Defensa.
Delgado se unió, a última hora, a la conspiración de los militares en contra
del novelista. Desde el 24 de Noviembre de 1948 hasta el día de su deceso
ejerció la presidencia de la Junta Militar de Gobierno.
EL
GOLPE DE 1948
Sin
duda, el hecho de dar la espalda a Gallegos y unirse al golpe del 24 de
Noviembre de 1948 fue grave error de Delgado, incluso por razones afectivas
pues Gallegos lo quería como un hijo. Es verdad, como lo anota Ocarina Castillo,
que “Esta fecha marcó, dramática y significativamente, la vida de dos de sus
personajes protagónicos, Gallegos y Delgado, por cuanto el tercero, Pérez
Jiménez, se acercó en mayor medida…a su cometido”(Carlos Delgado Chalbaud,
p.95). Pero, sin embargo, y sin tratar de justificarlo, Delgado estaba durante
aquella crisis política en la cúspide de la escena político-militar del país,
era un imposible tomar una decisión sin contar con él.
Se
podría pensar, como lo hace su biógrafa, “Para Delgado, este paso le permitió
ponerse a la cabeza de un movimiento y, en alguna medida, mitigar las ansias
autoritarias que lo estimulaban…le permitió garantizar el tránsito a la
civilidad. Para ambos hombres[Delgado y Gallegos] este duelo tuvo significados
insospechados. A los dos les aguardaba la desaparición de la escena pública: a
uno, apenas le quedaban veinte y cuatro meses de acción… Al otro, lo esperaba
el exilio de diez años y el distanciamiento de la actividad política”(Carlos
Delgado Chalbaud,p.98-99). Pero si a Delgado le tocaría el olvido a
Gallegos le llegaría la perennidad propia del gran creador que atravesó
los tiempos.
Con
relación al golpe de 1948 se podría añadir que el general Nestor Prato insinúa
en sus memorias “la presión casi unánime de los oficiales subalternos” en aquel
pronunciamiento.
PARA
UNA INTERPRETACION NO ADECA DEL GOLPE DE 1948
Hemos
señalado que la presencia de Delgado Chalbaud en el golpe de 1948 tiene una
explicación, es un asunto que apenas se ha tocado como se debiera porque siempre
ha imperado la interpretación adeca de nuestra historia, como la denomina Ruth
Capriles Méndez. Según la historia adeca todo lo hecho por ello es correcto y
lo hecho por otros o contra ellos es incorrecto, solo la que la historia no se
puede escribir desde un solo ángulo. Es esta interpretación la que logra que
algunos de sus autores soslayen las grandes realizaciones de los gobiernos de
López Contreras y Medina y hagan nacer la Venezuela democrática el 18 de
Octubre de 1945, cuando en verdad ese día se acabó con el régimen más
democrático de nuestra historia, democracia tan amplia que permitió incluso la
vasta conspiración castrense y de AD la cual ni siquiera, por el sentido
liberal del presidente Medina nunca fue detectada y para nada perseguida, lo cual
no deja de ser insólito: ¿es que ni siquiera había en aquellos años una policía
politica? Esa visión adeca de nuestra historia contemporánea pone ante todo
análisis siempre el contrapunteo democracia-dictadura y así todo lo hecho bajo
el régimen autoritario, como el de Gómez o Pérez Jiménez, es siempre digno de
reprobación, igual bajo la democracia conservadora de la década
lopez-medinista. Ello impide ver sus signos propios, ver los gobiernos en su
especificidad propia y en sus realizaciones. Fueron tantas aquellas que siempre
se ha contado que cuando un exilado de la dictadura de Pérez Jiménez regresó y
subió con su familia por la autopista Caracas-La Guaria, que era la primera vez
que veía, exclamó “!Y nosotros queríamos tumbar al hombre que hizo esto!”: y
era lógica la imprecación: nuestra autopista era la primera obra arquitectónica
latinoamericana después del Canal de Panamá, inaugurado en 1920. Así si bien
hay que examinar el régimen político, la falta de libertades públicas, la
persecución a los que pensaban distinto, también hay que ver las
realizaciones, sino no se presenta completamente lo vivido por el país durante
una década, la que se inicio el 24 de Noviembre de 1948.
Y
muchos de los que colaboraron con aquella dictadura, lo hicieron por servir al
país y el 23 de Enero ni huyeron, ni se asilaron en embajadas, ni se
escondieron, sino que en aquella misma madrugada volvieron a sus puestos de
trabajo a esperar el nombramiento de quienes les iban a suceder y personalmente
entregaron, previas firma de las actas respectivas, aquellos cargos, algunos
habiendo presentado ya en aquel momento sus Declaraciones Juradas de Bienes,
esos funcionarios, como el padre de quien esto escribe fue uno de ellos, de
todo esto que decimos fuimos testigos. Estos hombres y estas mujeres,
pues ya habían algunas en el servicio público, no han sido presentados como
fueron ni explicadas las razones y por qué de sus servicios, que fueron hechos
al país.
Y,
claro, sino no estuviera completo el panorama: de este espacio hay que sacar a
los corruptos, a los que hicieron fortunas bajo las alas del Estado, el
dictador entre ellos. Fueron los hijos del enriquecimiento ilícito, llegaron al
poder para enriquecerse, viejo mal venezolano por lo que el historiador Ramón
J. Velásquez ha señalado más de una vez que en Venezuela “vieja es la
corrupción, nueva la democracia”.
Y
todos estos funcionarios y funcionarias si bien representaban las tendencias
conservadoras de la política del país, lo hicieron por reaccionar ante la
hegemonía que AD logró tener del país, e incluso de la politización excesiva
del trienio adeco, que impidió la comprensión de cual debía ser el lógico
desarrollo de la democracia y la reacción del lópez-medinismo al haber puesto
punto final a un régimen que conducía a Venezuela por el sendero correcto, lo
que fue cerrado por las apetencias de poder el 18 de Octubre de 1945,
desarrollo institucional que de haber proseguido paulatinamente hubiera llevado
necesariamente a Betancourt a la presidencia en las elecciones de 1952, sin
duda en franca competencia con Arturo Uslar Pietri(1906-2001), dada la forma
como AD había crecido. Y Betancourt hubiera sido presidente entonces de forma
constitucional, pacífica y electoral dada la existencia del proyecto político
hondamente elaborado por él, el mismo que tras las elecciones del 7 de
Diciembre de 1958 y a partir de su toma de posesión(Febrero 13,1959) pudo
ponerse en práctica y dio al país cuatro décadas de estabilidad política y
desarrollo. Las intemperancias del régimen octubrista, llevó a la reacción de
1948, unida a los deseos de poder pleno de Pérez Jiménez que fue el único
vencedor a la larga.
En
1948 llegaron al poder fuerzas más equilibradas, las que reaccionaron contra el
radicalismo del régimen betancurista. Y lo advertimos porque junto con los
militares insurgentes en el régimen de Delgado Chlabaud estuvieron presentes
personalidades civiles que para nada pueden ser llamadas regresivas. Nos vamos
fijar en tres de ellas: Luis Emilio Gómez Ruiz(1911-1966): presencia destacada
en el recorrer de nuestra política internacional bajo López Contreras y Medina,
fue uno de los hombres de la llamada “Escuela Gil Borges”, la formada por el
Ministro de Relaciones Exteriores Esteban Gil Borges(1879-1942), sin duda el
mayor canciller venezolano del siglo XX, el creador de las relaciones
exteriores contemporáneas del país, forjadas en las dos veces que ocupó nuestra
Cancillería(1919-1921,1936-1941), creación tan sólida que estuvo vigente, dando
los frutos requeridos para el país, hasta la llegada al poder de Hugo Chávez
cuando toda aquella estructura fue desmantelada y sacados del servicio
diplomático los funcionarios de carrera. Era Gómez Ruiz primo hermano de
Delgado Chalbaud. Seguimos con Manuel Egaña(1900-1985) uno de los fundadores del
sistema fiscal postgomecista o Augusto Mijares(1897-1979), el autor del plan
educativo implementado a la muerte de Gómez y prácticamente vigente hasta la
aprobación de la ley de Educación del presidente Luis Herrera Campins(Julio
27,1980), los tres grandes innovadores del país en los campos de su
especialidad, los tres, al decir del historiador Antonio García
Ponce(1929):”rodeaban a Carlos Delgado Chalbaud en su deseo de emprender una
gestión menos autoritaria que la preponderante, auspiciada por Pérez Jiménez”(Sangre,
locura y fantasía. Caracas: Editorial Libros Marcados, 2010,p.13-14). Todos
ellos desearon detener el radicalismo de la Revolución de Octubre, que
Betancourt se transformara de “loco en loquero”, como dijo un colaborador suyo,
Enrique Aristiguieta Gramcko, al comparar su gobierno de 1945 con el período
que inició en 1959. Un “loquero” es lo que siempre ha necesitado el país para
su marcha, y requiere aun hoy. Loquero se llamó el Libertador así mismo en
algún momento de su carrera. Y, cuidado, si cuando termine el régimen insano de
Chávez no vamos a necesitar aquel “gobierno paternal” propuesto por el
Libertador, en 1815, en la Carta de Jamaica(Escritos del
Libertador. Caracas: Sociedad Bolivariana de Venezuela,1972,t.VIII,p.239)
para poder poner andar bien otra vez la nave del estado y la gobernabilidad que
requerimos, la cual hemos perdido en los últimos once años.
Y
en ese momento del año cuarenta y ocho del cual tratamos en estos párrafos
todos aquellos que habían dejado sus cargos el 18 de de Octubre, expulsados
muchos de ellos del país sin haber hecho nada, solo servir a la nación, caso
Uslar Pietri. O, serían muchos los ejemplos, como fue el caso insólito del
comandante Guillermo Pacannis Acevedo(1909-1992), un oficial de la aviación, quien
fue pasado a retiro por el único delito de haber sido el piloto del general
Medina. Vuelto al gobierno fue Pacannis el responsable del inmenso cambio que
hizo posible la transformación moderna de Caracas, realizada como Gobernador
del Distrito Federal(1950-1958); otro caso fue el del diplomático Victor Manuel
Rivas(1909-1965), destacado dramaturgo también. Todo ese proceso puede ser
seguido en sus memorias La cola del huracán.(Madrid: Coculsa, 1968. 646
p.), un libro soslayado por la historiografía acciondemocratista por ser obra
lópez-medinista-perezjimenista, de hecho “la cola del huracán” es para éste
autor el 18 de Octubre, pero esta es obra fundamental para el entendimiento de
este período como lo que es Escrito de memoria(Versalles: Lang
Grandemange,1961. 478 p.) de Laureano Vallenilla Planchart, ambas obras
esperan aun ediciones críticas. La República Liberal Democrática, como la
denomina Germán Carrera Damas, terminó el 24 de Noviembre de 1948 como lógica
reacción contra los excesos y radicalismos de los tres años anteriores, lo que
no niega sus realizaciones, entre las cuales no se encontraba la democracia
plena porque de esta gozó del país desde el momento en que, en la madrugada del
miércoles 18 de Diciembre de 1935, se divulgó la noticia de la muerte de Gómez
hacía pocas horas en su casa de Las Delicias, cerca de Maracay, y se escucharon
estallar los corchos de las botellas de champaña con las que se celebra el
deceso del autócrata en las casas de las familias de los perseguidos, momentos
en que Andrés Eloy Blanco(1897-1955) redactó nuestro primer manifiesto
democrático pidiendo el retorno al régimen de libertades públicas, la libertad
de los presos políticos y el retorno de los exilados que fue entregado en las
propias manos del presidente López Contreras(verlo en El Heraldo,
Caracas: Diciembre 19,1935), democracia plenamente sancionada en la gran
manifestación de la tarde del 14 de Febrero de 1936, día de la democracia entre
nosotros para algunos analistas como Manuel Caballero(Historia de la venezolanos
en el siglo XX. Caracas: Alfa,2010,p.124). Pero el país requería
estabilidad en el momento de aquel pronunciamiento, por ello resurgió la
República Liberal Autocrática, según la magnífica precisión de Carrera
Damas(“Rómulo Betancourt” en Varios Autores: De la Revolución Restauradora a
la Revolución Bolivariana. Caracas: El Universal/UCAB,2009,p.517-558).
Hemos
hecho este largo escolio porque la historia hay que explicarla, al escribirla
no hay que pasar por encima de ciertos hechos sin examinarlos porque todos los
sucesos tienen sus raíces y sus explicaciones.
BALACE DE SU REGIMEN
Para
el 13 de Noviembre de 1950 la Junta, que motorizaba Delgado Chalbaud, había
gobernado con las garantías constitucionales suspendidas. Había disuelto
a AD y clausurado el diario de ese partido El país. Envió el
exilio al presidente Gallegos y a un nutrido grupo de miembros de su partido.
El
gobierno otorgó salvoconducto a Rómulo Betancourt, quien se había asilado en la
embajada de Colombia, y reanudó relaciones con los regímenes dictatoriales de
España, Nicaragua y República Dominicana. Ordenó devolver a sus
propietarios los bienes que el “Jurado de Responsabilidad civil” había
entregado a la nación, por considerar que habían sido obtenidos a través del
enriquecimiento ilícito durante las administraciones de Gómez, López y
Medina. En Octubre de 1949 el gobierno que presidía Delgado Chalbaud
envió un grupo de presos políticos a las “Colonias Móviles de El Dorado”, penal
fabricado para llevar a los delincuentes de máxima peligrosidad. En 1950
había dominado la sublevación de la Base de Boca de Río en Maracay y decretado
la disolución del Partido Comunista de Venezuela. Fueron también
disueltas numerosas asociaciones gremiales, sindicales y se habían suspendido
las clases por el clima hostil que existía entre el estudiantado contra el
gobierno.
El
8 de Diciembre de 1948, a los quince días del golpe militar, AD había lanzado
su primer manifiesto desde la clandestinidad y el 12 de enero de 1949 había
comenzado la resistencia contra el nuevo orden de cosas: la iniciaron los
estudiantes y fueron luego respaldados por los trabajadores petroleros (enero
17).
Los
actos del gobierno presidido por Delgado Chalbaud lo perfilan como una
dictadura militar de caracterizado signo derechista. Sin embargo, Delgado
Chalbaud había logrado manejar la situación sin caer en mayores
arbitrariedades, de hecho nunca hubo torturas a los detenidos políticos, y
tenía la firme decisión de auspiciar unas elecciones libres. De allí los
graves interrogantes que su liquidación física plantea a quién estudie este
proceso.
La
mayoría de los analistas de nuestro pasado cercano están de acuerdo en señalar
los males que trajo el asesinato de Delgado Chalbaud. J. L. Salcedo
Bastardo(1926-2005) escribió: “la trágica muerte del presidente de la Junta…
abre el desemboque de las tendencias más reaccionarias” (Historia
fundamental de Venezuela. Caracas: Universidad Central de
Venezuela,1970,p.588); Manuel Alfredo Rodríguez(1929-2002) anota: “el carácter
esencial e inevitablemente represivo del régimen militar se acentuará a
partir del asesinato del Teniente Coronel Delgado Chalbaud” (El Capitolio de
Caracas. Caracas: Congreso de la República, 1974,p.515); Mario
Briceño Iragorry(1897-1958) califica al hecho de “tenebroso asesinato” (Ideario
político. Caracas: Las Novedades,1958,p.215); J. M. Siso Martinez(1918-1971)
anota que el “13 de Noviembre de 1950 fue asesinado el presidente de la Junta
Delgado Chalbaud, por un grupo de malhechores comandados por Rafael Simón
Urbina, con su eliminación quedaba expedito el camino para el grupo gobernante,
con menos escrúpulos morales” (150 años de vida republicana. Caracas:
Ministerio de Educación, 1968,p.236); Miguel Angel Capriles(1915-1996) recuerda
que “sin la presencia moderadora y relativamente liberal de Carlos Delgado
Chalbaud, la fisonomía del régimen empezó a cambiar, y sus métodos a
endurecerse, a partir de la iniciación del año 1951” (Memorias de la
inconformidad. La Victoria: Grabados Nacionales, 1974,p.234).
En
estas apreciaciones coinciden muchas de las fuentes existentes sobre el
tema. Tanto hombres de la oposición como del gobierno coinciden en la
observación. Figuras de aquel régimen como Leonardo Altuve Carrillo
(1910-2002), autor del mejor relato sobre el asesinato(Yo fui embajador de
Pérez Jiménez. Caracas: Libroven,1973,p.239-271), como Laureano Vallenilla
Lanz, quien todavía no era miembro del gabinete (Escrito de memoria,p.318-324),
hombres del ejército como Oscar Tamayo Suarez (De
frente a la realidad venezolana. Limonges: Imp.Ouvrages
Escries,1963,p.105-108). Desde el punto de vista político los mejores análisis
de éste hecho son obra de Rómulo Betancourt (Venezuela: política y petróleo,p.581-586),
Juan Bautista Fuenmayor(1905-1998) (Aves de rapiña sobre Venezuela.4ª.ed.Caracas:
Art Press,1972.164 p.) y Nicanor López Borges(El asesinato de Delgado
Chalbaud, análisis de un sumario. Caracas: Ediciones Centauro,1971. VII,473
p.).
FACTOR DE EQUILIBRIO
Delgado
Chalbaud sigificaba un factor de equilibrio en el régimen de la Junta Militar
de Gobierno por su formación, por su conciencia sería, por la amplitud de sus
miras, por su deseo de que el país retornara a la democracia. El era un
elemento de contención de la barbarie pese el haber conspirado para derrocar al
gobierno del cual había sido Ministro de la Defensa. Pero con todo Delgado Chalbaud
representaba, para 1950, lo que se esperó fuera el general Rafael
Urdaneta(1788-1845) en 1845: un factor de moderación ante la recia polémica
entre liberales y conservadores. Pero Urdaneta murió en Paris antes de poder
ser el candidato del grupo paecista; fue lo que pudo ser Joaquín
Crespo(1841-1898) en 1898, durante los días del gobierno del pusilánime Ignacio
Andrade(1839-1925), pero fue ultimado en “La Mata Carmelera” defendiendo la
administración de Andrade(Abril 16,1898). Pudo ser lo que se esperó, en 1945,
de Diógenes Escalante(1879-1964), una salida para la crisis entre el gobierno
de Medina, la intensa oposición de AD y la conspiración castrense. Pero
Escalante enfermó gravemente, perdiendo las facultades mentales, antes de las
elecciones y el hecho precipitó la caída del régimen medinista. En
fin, Delgado Chalbaud formaba parte de ese “conjunto de figuras en las que
parecía descansar la estabilidad política y democrática de la nación” al
decir del historiador Antonio Arellano Moreno(Breve historia de Venezuela.
2ª.ed.Caracas:
Italgráfica,1974,p.472).
EL PRESIDENCIALICIDIO
La
mañana del 13 de noviembre de 1950, hace hoy seis décadas, la ciudad de
Caracas, y la nación toda, de sintió convulsionada al enterarse de un
hecho insólito: el presidente de la Junta Militar de Gobierno
comandante Delgado Chalbaud, había sido secuestrado por un grupo de
delincuentes y asesinado en una quinta desabitada de la urbanización Las
Mercedes.
Era
el primer magnicidio de nuestra historia republicana. Mas bien un tiranicidio,
dado el tipo de gobierno que ejercía la Junta, Delgado Chalbaud, Pérez Jiménez,
Llovera Paez, en aquellos días.
El
hecho era muy grave y complicaba la situación que vivía el país desde el 24 de
noviembre de 1948, cuando había sido derrocado el gobierno legítimo del maestro
Gallegos. Más grave si se piensa que era la primera vez que en nuestro país
acaecía un suceso de esa naturaleza.
Se
unían al hecho dos graves circunstancias: el frío asesinato del jefe de
gobierno y el hecho de que Delgado era un dique de contención y la figura que
marcaba la estabilidad en medio de un grupo de militares que deseaban el poder
total, la dictadura perpetua.
¿UN
MAGNICIDIO EN 1878?
Si
bien se dijo que los guzmancistas habían acabado con la vida del presidente
Francisco Linares Alcántara(1825-1878), quien en 1878 intentó un golpe de
estado continuista contra Guzmán Blanco, nunca se han encontrados las pruebas
para probarlo y si existen encontradas razones para negar que tal hecho hubiera
sucedido cuando se produjo la muerte de aquel presidente en La Guiara, en la
Casa de la Compañía Guizpocana el 30 de Noviembre de 1878, las razones médicas
aducidas por el galeno e historiador José Rafael Fortique son suficientemente
contundentes(Crónicas médicas. Maracaibo: spi,1977,t.II,p.101-116).
LOS SUCESOS DEL 13 DE NOVIEMBRE
Lo
que sucedió aquel 13 de Noviembre de 1950 no fueron hechos fortuitos. El propio
Delgado Chalbaud, hombre indeciso, tenía conciencia de que algo se tramaba en
su contra. Se le había dicho a su esposa, quien luego lo declaró en el juicio
seguido a los asesinos. A una amiga suya le había dicho “Si me pasa algo
cuídame a Lucía”. Delgado había comentado la cuestión con quienes
trabajaban con él en Miraflores, como el Dr. Leonardo Altuve Carrillo(Yo fui
embajador de Pérez Jiménez,p.345). Es más en una fiesta, con ocasión de su
onomástico, le había confesado a Laureano Vallenilla Planchart su
preocupación por el futuro de sus hijos. Vallenilla le respondió "en este
sentido no tienes razones para inquietarte...eres joven todavía y te quedan
largos años de actividad”. A esto respondió Delgado: ¨Quién sabe...Venezuela es
un país de sorpresas y no puedo adivinar cómo terminará todo esto para mi”(Escrito
de memoria,p.318). Esto fue el 4 de Noviembre, nueve días antes del
magnicidio.
Delgado
Chalbaud actuó con dilación, no tenía la especial protección que le
correspondía a un presidente. Muchas veces amigos suyos lo veían andar solo de
noche, vestido de civil y manejando su propio automóvil sin custodia. Otras
personas, que aun viven, lo recuerdan llegando a la plaza de Altamira manejando
su propio vehículo: allí, dentro de un taxi lo esperaba una amiga quien al
llegar se bajaba del carro y se pasaba al de Delgado y juntos se iban. Esta
dama, Rosa Leonor Capriles, enloqueció tras el asesinato de Delgado y así pasó
el resto de su vida. Uno de los estudiantes que vio estos encuentros, el abogado
Gonzalo Ramírez Cubillán, nos relató el detalle, y hasta recordaba los nombres
y apellidos de la dama. Delgado tenía conciencia de que se conspiraba contra él
y dejó de tomar las necesarias medidas a tiempo. Y los acontecimientos se
precitaron.
¿POR
QUÉ SE CONSPIRABA CONTRA DELGADO?
Es
muy difícil adelantar, aun hoy a sesenta años del suceso, un juicio
sobre un hecho como el homicidio del comandante Delgado. Pero no hay duda
que una de las razones que lo explican es un conflicto por el poder que surgió
entre los militares que derrocaron a Gallegos. El análisis de las fuentes
permite llegar a la conclusión de que Pérez Jiménez deseaba el poder total y
cada día perdía la confianza en un hombre que le aventajaba como Delgado y
quien además deseaba poner fin al régimen de facto con la convocatoria a unas
elecciones que abrieran de nuevo el camino a la república democrática. Da
la impresión, como dice Rómulo Betancourt, “que los dos aspiraban a que
el gobierno plural derivara hacia un gobierno unipersonal”(Venezuela:
política y petróleo,p.579), aunque esto hoy no parece tan cierto en el caso
de Delgado, no hay que olvidar que había crecido en la Francia democrática y
conocía, por su primera pareja, Juliet Jorneau, las doctrinas de la derecha
gala y por su esposa Lucía Levine, las tendencias radicales de la izquierda de
su tiempo. A su vez hay constancia de la decisión de Delgado Chalbaud de
auspiciar unas elecciones libres y quizás ser candidato él mismo y seguir
ejerciendo el poder en forma democrática. Esto lo sugiere
Miguel Angel Capriles(Memorias de la inconformidad,p.321) y el propio
Betancourt concluye: “el secreto de sus íntimos designios se lo llevó a la
tumba”(Venezuela: política y petróleo,p.581) en parte ello parece cierto
aunque la conversación con Vallenilla Lanz que hemos citado nos da otras
indicaciones. Delgado estaba preocupado por su seguridad en aquellas semanas,
quizá desde hacia meses.
CRONOLOGÍA
DE LOS HECHOS
Los
acontecimientos se apresuraron. El 13 de Noviembre hacia las 9 de la
mañana el presidente de la Junta salió de su casa, la
quinta Loys, en el Country Club. Delgado iba casi sin protección, solo lo
acompañaba su edecán el teniente de navío Carlos Bacalao Lara, el chofer y un
motorizado. Su auto fue interceptado, a apenas doscientos metros del
puente Chapellín, por Rafael Simón Urbina(1897-1950) y el grupo de delincuentes
que lo acompañaban. Delgado fue así secuestrado y llevado por Urbina y
sus hombres a una quinta en la urbanización Las Mercedes (Calle La Cinta, Qta.
Maritza). La casa estaba deshabitada y era propiedad de Antonio
Aranguren(1868-1954), uno de los complotados.
En
el trayecto del Country Club a Las Mercedes hubo una recia discusión, dentro
del automóvil, entre Delgado y Urbina. El Presidente de la Junta reclamó
virilmente respeto y Pablo Antonio Díaz, uno de los secuaces de Urbina, se le
escapó un tiro e hirió a Urbina. Delgado fue luego conducido a la Quinta
Maritza y después de discutir y tratar de actuar para salvar su vida fue
fríamente asesinado por Domingo Urbina, primo de Rafael Simón Urbina y otro de
los malhechores que le acompañaban, aunque Pablo Antonio Díaz declaró
haber sido el autor también pudo haberlo hecho otro de esos forajidos: Carlos
Mijares.
A
los pocos momentos de culminado el innoble acto Urbina, malherido, dejó
la Quinta “Maritza”. Se trasladó a la residencia, en Campo Alegre, de
Francisco Franco Quijano(1896-1973), quien estaba en el tejido de
la conspiración. Franco Quijano era uno de sus cómplices, pero este atemorizado
le rogó que saliera de su casa, que no lo comprometiera. Urbina se asiló
entonces en la Embajada de Nicaragua. Sangraba abundantemente. De la Embajada
de Nicaragua fue sacado, en celada muy bien armada, por el Prefecto de Caracas,
don Hernán Gabaldón, con la firme promesa de llevarlo a una Clínica. Sin
embargo, como era lógico, fue detenido y llevado a la cárcel del Obispo y al
ser trasladado, horas más tarde, a la Cárcel Modelo asesinado esa misma noche
por miembros de la policía política del régimen, sin duda por órdenes del
propio Pérez Jiménez para eliminar así el principal protagonista de aquella
conspiración, propiciada sin duda, todos los elementos así lo indican, desde
las altas esferas del gobierno. Hay incluso el testimonio del oficial Felix
Román Moreno, después general perezjimenista, quien se refirió a Delgado
diciendo que “ese es un problemita que no sabemos como resolverlo”, testimonio
recogido por Eddie Ramírez(“Reminicencias de la penúltima dictadura”, en www.eluniversal.com: 26-1-2010). Y es
obvio que Urbina no actuó solo, fue empujado a hacerlo desde muy arriba pese a
que se carezca de la prueba de que aquello sucedió así. De hecho el mayor
beneficiado del crimen fue el propio Pérez Jiménez.
Al
ser eliminado el hombre clave, Urbina, quien pudo en sus declaraciones acusar a
los culpables, dejó testimonio, irrefutable de la presencia de Pérez Jiménez en
el complot mediante el cual Delgado sería detenido, obligado a renunciar y
extrañado del país. Nunca se pensó asesinarlo. Hay datos que permiten suponer
que se trató de una conspiración palaciega. Fue este el final de un hombre como
Urbina de oscuro historial delictivo y político.
El
domingo 12 noviembre Urbina le había dicho a su esposa: “Mañana cuando vayas
donde Franco Quijano, vas a pasar por donde el señor Rivero Vásquez y le
dices que el hombre está preso, para que se lo comunique al teniente coronel
Marcos Pérez Jiménez”(Sumario del juicio a las personas indiciadas de haber
cometido el asesinato del coronel Carlos Delgado Chalbaud…Caracas: Oficina
Nacional de Información y Publicaciones,1951,p.36). Así mismo, desde la
Embajada de Nicaragua, Urbina envió a Pérez Jiménez la
siguiente esquela, la dictó a su esposa María Isabel Caldera:
”Comandante
Pérez Jiménez. Muy apreciado amigo: en estos momentos tengo movilizado al
pueblo de Venezuela. Como le dije cuando llegué al país, no quiero más
Presidente que Ud. Delgado Chalbaud quedó mal herido aunque yo no quería
que lo mataran como le costa al motorizado. Ojalá Ud. me respalde en la
Embajada de Nicaragua donde me encuentro mal herido. Fdo. Rafael Simón Urbina“.
La
carta que acabamos de citar fue hallada, muchos años después del juicio
por el periodista Julián Montes de Oca en la Caja Fuerte del Tribunal donde se
siguió el juicio (Ver El Nacional, Caracas: Noviembre 13, 1975; la publicó Juan
Baustista Fuenmayor: Aves de rapiña sobre Venezuela, p.33).
En
verdad solo deseaba secuestrar a Delgado Chalbaud y hacerle renunciar. Factores
imprevistos, que siempre ocurren en este tipo de hechos, cambiaron el curso de
los sucesos: un tiro que se escapó a Pablo Antonio Díaz e hirió a Urbina, la
valiente resistencia de Delgado.
Muchas
de las observaciones que se pueden hacer sobre los participantes en el magnicidio
hechas en son útiles. Al consultar lo escrito sobre el asesinato de Delgado
Chalbaud, todo lo cual ha sido leído por nosotros para preparar este estudio,
el lector encuentra constantes contradicciones, a veces exageraciones en
quienes lo han estudiado. Aquí ordenamos el conjunto de datos. Nos detenemos a
anotar el perfil de cada de estos hombres, los protagonistas visibles a nuestro
entender. Hubo muchos otros. De hecho la situación creada por la muerte de
Delgado fue tal que una persona, que nos lo relató a nosotros, nuestro propio
papá, quien estaba presente en el Salón Elíptico a la hora de llegar allí los
restos de Delgado para el funeral de Estado, encontró allí a Pérez Jiménez y
Llovera Páez, ambos en uniforme de campaña, en grave estado de alteración:
habían, sin duda, empujado a Urbina pero había sucedido lo que no deseaban:
Delgado había sido asesinado por aquellos malhechores. Esto lo ratifica el
famoso papelito enviado a Urbina a Pérez Jiménez, que ya hemos citado, que si
bien fue enviado por el propio Pérez Jiménez, quien lo recibió, al tribunal en
ningún momento fue utilizado en el juicio, se le guardó en la caja fuerte del
tribunal en donde lo encontró el periodista Julián Montes de Oca que fue quien
lo hizo público.
Y
por otra parte los hechos finales acusan a quienes estaban en el poder: la
muerte de Rafael Simón Urbina en manos de la policía, la noche del mismo día 13
de Noviembre. Este deceso es calificado por un testigo de excepción,
Leonardo Altuve Carrillo, como “justa, pero inoportuna, cualquiera sea la
versión que de ella se dé”(Yo fui embajador de Pérez Jiménez,p.249). La
carta acusatoria que hemos citado, la imposibilidad de Urbina, por haber
muerto, de declarar ante el Juez que sentenció a los autores del homicidio creó
un gran vacío. De la misma forma es grave que el Sumario del proceso
fuera impreso, circulara y casi inmediatamente fuera recogido por la Seguridad
Nacional y prohibido(Manuel Alfredo Rodríguez: Tres décadas caraqueñas.
Caracas: Monte Ávila Editores,1975,p.159). También la viuda de Delgado, Lucía
Levine, fue enviada al destierro. Y por fin es bueno señalar que Pérez Jiménez,
pese a que es muy citado en el juicio por numerosos testigos, nunca acudió al
tribunal, prestó una declaración en su propio despacho. De ella no se
puede saber si es verdad que nunca hablo con Urbina, según lo declaró, porque
ya Urbina no estaba a ratificarlo o no. Y Pérez Jiménez fue el máximo
beneficiado, repetimos, con el crimen.
CUATRO FIGURAS
Para
poder entender la totalidad de los acontecimientos que condujeron a la
eliminación de Delgado Chalbaud, hecho que permitió el asentamiento del régimen
dictatorial, es necesario saber quienes fueron los cuatro actores visibles
principales de la conspiración: uno fue el ejecutor, el otro el dueño de
la quinta donde fue ultimado el Presidente, el tercero Francisco Franco
Quijano, a cuya casa huye Urbina y el otro un hombre de negocios: Antonio
Rivero Vázquez.
Rafael
Simón Urbina tenía para es año de 1950 una
muy oscura biografía personal. Había estado envuelto en actos violentos desde
muy joven, muy temprano cometió su primer homicidio. Fue policía gomecista y
luego administrador de la aduana de La Vela de Coro. Se convirtió más tarde en
adversario de régimen Rehabilitador y participó en el asalto a Curazao y Coro
en 1929. De allí que cuando murió el dictador se le consideraba un luchador
anti-dictatorial. Pero era todo lo contrario: en el fondo era un ser anárquico,
un carácter delincuente. Una persona que siempre estaba descontento y quien se
justificaba a través de la violencia de sus actos. De allí de que su
participación en el asesinato de Delgado Chalbaud se puede considerar como el
lógico remate de un ser desequilibrado producto de la violencia y de un
descontento que nunca se explicó pues Urbina nunca poseyó pensamiento político
alguno y menos aun idea clara de lo que deseaba.
Antonio
Aranguren corresponsable de la
eliminación de Delgado Chalbaud y propietario de la Quinta “Maritza” donde fue
ultimado el mandatario tenía otros antecedentes, no muy nobles por cierto.
Araguaren había vivido para defender su cuantiosa fortuna y para tratar de
obtener de alguna forma el poder que siempre deseó y el cual nunca pudo
escalar.
Para
1950 Antonio Araguren era un octogenario. Su historia personal es bien
conocida. Está su imagen en una famosa foto de los días del castrismo, frente a
la estatua de Páez, en el Paraíso, al dorso de la cual se lee “Antonio
Aranguren, amigo del gobierno”. Cipriano Castro(1858-1924) pagó sus servicios
regalándole una concesión de asfalto (Febrero 28,1907) que luego amplió a
concesión petrolera y que Aranguren logró vender a la “Venezuelam oil
concessions” el 23 de Mayo de 1913. Cuando Gómez tomó el poder siguió
siendo “amigo de la causa”, como se decía entonces. Hizo buenos negocios.
Por orden de Gómez vendió concesiones petroleras. Sin embargo, de repente se
convirtió en anti-gomecista, se quedó en el exilio y tenía prestigio de gran
demócrata. Conservó el “royalty” del pozo La rosa y quiso financiar la
“Expedición del Falke”, organizada, en 1929, por Román Delgado
Chalbaud, padre del comandante Delgado, pero no llegó a un acuerdo con
los conspiradores. Pocaterra dixit.
Araguren
siempre estuvo vinculado a los intereses petroleros y poseía acciones de la
“Royal Dutch Shell”. Para el momento de su participación en los hechos que
condujeron a la muerte de Delgado su fortuna estaba calculada en uno veinte
millones de dólares. Su presencia en estos acontecimientos siempre se ha ligado
a su representación de los intereses de las compañías petroleras,
cuestión que nunca ha podido ser probada. Estuvo preso por el asesinato
de Delgado, cuando el juicio concluyó no se le pudo aplicar la pena respectiva
por haber muerto(Agosto 31,1954).
Francisco
Franco Quijano era un colombiano, hijo de
padre venezolano. Fue un personaje muy conocido en los días del lopecismo. Era
una figura gris que siempre cumplió funciones especiales. Se le recuerda como
el autor de “turbios manejos para ganar las elecciones mediante fraudes”(Juan
Bautista Fuenmayor: Aves de rapiña sobre Venezuela,p.50), fue por ello
fundador del fraude electoral en nuestro país, aunque antes había cometido
otras dolos de orden intelectual pero delitos al fin como uno que refiere
Germán Arciniegas(1900-1999) en su biografía del fundador de Bogotá(La
Caballero de El Dorado. Madrid: Revista de Occidente,1969,p.233) en el cual
Franco Quijano inventó un poeta del siglo XVI y la atribuyó una serie de
poemas: todos falsos, habían sido concebidos por él, una forma de engaño, con
el tiempo fue descubierta por varios eruditos bogotanos. Durante el medinismo y
el primer gobierno de AD Franco Quijano se exiló de nuevo a Colombia.
Retornó en 1948. Se unió el gobierno militar y realizó giras al exterior
en las cuales hizo campañas en favor de la Junta Militar. Fue amigo de
Urbina y Rivero Vásquez y estuvo ligado a los hechos ocurridos el 13 de
Noviembre de 1950 pues Urbina salió de la quinta “Maritza”, después que sus secuaces
en su presencia ultimaron a Delgado, hacia su casa en Santa Eduvigis. Fue
detenido el mismo 13 de Noviembre. Su nombre volvió a salir a la luz pública
años después de su muerte. En 1976 un tribunal venezolano citó su nombre
dentro de una serie de averiguaciones que realizaba una comisión parlamentaria
en torno a un soborno petrolero(Germán Carías: “Los nombres de dos muertos
asoman en el soborno petrolero”, El Nacional, Caracas: Febrero 26,1976). Fue
Franco Quijano abuelo de la periodista María Elena Russa, quien perdió la vida
en la tragedia de Tacoa, en Arrecifes, estado Vargas, el 19 de diciembre de
1982.
La
cuarta figura fue un hombre de negocios: Antonio Rivero Vásquez.
Estaba en las cercanías de la Quinta “Maritza” a la hora de los sucesos y de
allí se trasladó a Miraflores en donde fue detenido como indica Leonardo
Altuve Carrillo(Yo fui embajador de Pérez Jiménez,p.245). Rivero Vásquez
era un conocido industrial del pescado enlatado. Había obtenido buenos
créditos del gobierno de López Contreras. Era amigo de Urbina y
Franco Quijano, estuvo detenido y rindió declaraciones mucho más tarde.
Rivero Vásquez fue la persona escogida por Urbina para que le avisara a Pérez
Jiménez que Delgado Chalbaud había sido detenido por él y su
pandilla. El nombre de Rivero Vásquez volvió a ser mencionado en 1976, él
ya había muerto, en una investigación sobre un soborno petrolero al
cual hemos aludido antes.
¿CONCLUSIONES?
Cómo
podrá haber observado el lector siguen existiendo muchas
lagunas que impiden dar una respuesta definitiva en torno a la muerte de
Carlos Delgado Chalbaud. Nosotros nos inclinamos a creer, luego de consultar
los testimonios y análisis publicados, que se trató de un
conflicto a nivel de quienes pugnaban por el poder. Entre ellos Delgado
Chalbaud deseaba una lógica salida democrática a través de elecciones
libres. Los demás, Pérez Jimenez, su camarilla, el Grupo Uribante, el usufructo
del poder total. Es lógico que nunca pensaron en acabar con la vida del
presidente Delgado sino obligarlo a dimitir y expulsarlo del país.
Hay
otra hipótesis. Ella es la sugerida por el historiador José Antonio De
Armas Chitty(1908-1995) al escribir que el asesinato de Delgado Chalbaud “fue
estimulado, desde altas esferas por elementos de tercera o cuarta
categoría”(Historia de la radiodifusión en Venezuela. Caracas: Cámara
Venezolana de la Radiuofifusión, 1975,p.106). Esto lo corrobora incluso el
testimonio del general Felix Román Moreno. Sobre este punto ofrecen numerosas
pistas Guillermo García Ponce y Francisco Camacho Barrios(El
diario desconocido de una dictadura. Caracas: Publicaciones
Seleven,1980,p.5-68).
Ahora
bien, la falta de libertades públicas, la carencia de jueces idóneos para
juzgar a los asesinos, y la necesidad de una opinión pública atenta y crítica,
permitió la realización de un juicio discutible en donde nunca fueron juzgados
los verdaderos culpables.
En
fin, el asesinato de Delgado Chalbaud fue un crimen de naturaleza política. Las
circunstancias imperantes, como la censura de prensa, impidieron
hacer luz sobre este controvertido suceso.
PARA
CERRAR
“Aquí
hay que encontrarle explicación a la buena
y
a la mala suerte, a las buenas y a las malas intenciones”.
Federico
Vegas: Sumario, ed.2010,p.21
No
es nada fácil cerrar este trabajo, Carlos Delgado Chalbaud es una figura
venezolana demasiado alta así los venezolanos no se hayan dado cuenta de ello.
Teniendo al comandante Delgado ante nosotros se nos presenta la historia de
Venezuela en toda su aspereza, en toda su capacidad destructiva de nuestras
figuras egregias. Este pueblo nuestro de devenir insensato, en donde
siempre irrumpe, encarnado desde muy atrás lo inesperado, con todas nuestras
extrañezas y patologías, un país que ha demostrado en los últimos tiempos hasta
qué punto llega su analfabetismo político, como no ha logrado colocar a su
clase militar en el sitio en donde debe estar. Todo eso se hizo presente otra
vez poco después de las ocho y media de la mañana del lunes 30 de Noviembre de
1950 cuando en la calle La Cinta, Quinta Maritza, de Las Mercedes fue ultimado
malamente Delgado Chalbaud, quien desde su secuestro en Chapellín, minutos
antes, había reaccionado en forma gallarda, con la valentía que le fue propia.
Como
lo ha señalado su biógrafa Ocarina Castillo: “Sacar a Delgado Chabaud del poder
era la garantía para el desarrollo de un régimen militarista, tecnocrático,
autoritario y excluyente de toda participación política”(Carlos Delgado
Chalbaud, p.129).
Pero
hay que detenerse para entender a Delgado a quien una leyenda dramática
persiguió a lo largo de su vida hasta que lo alcanzó el día de su asesinato con
la muerte propia de la tragedia griega. Y en toda su peripecia la presencia de
su padre estuvo siempre a su lado: fueron dos amigos de aquel, Rafael Simón
Urbina y Antonio Aranguren, quienes impulsaron el magnicidio del hijo, de
hecho la quinta “Maritza”, aun desocupada aquel día, era propiedad de Aranguren
quien la prestó a aquellos delincuentes.
Y
la presencia del padre, el general Román Delgado Chalbaud, es un hecho
psicológico central en todo el tejido de la vida del hijo. Y esto estriba en
que Delgado sufrió la ausencia del padre desde la niñez, desde los cuatro años que
tenía en 1913 cuando el general Delgado fue hecho preso por orden de Gómez, no
lo volvió a ver en los siguientes catorce años, en los que tuvo entre los
cuatro y los diez y ocho años, que son los fundamentales en el crecimiento de
todo ser humano, donde la presencia del padre es esencial, los del paso de la
niñez a la adolescencia, del descubriendo de si mismo y de la sexualidad. Padre
e hijo se encontraron otra vez sino en París en 1927, pero la vida les otorgó
solamente otros dos años más apenas, el 11 de Agosto de 1929 el padre perdió la
vida en Cumaná como consecuencia de las invasión del Falke. Y el hijo quedó
solo, otra vez sin padre. Un padre casi desconocido, al que había tratado muy
poco cara a cara, al que tuvo que admirar de lejos durante los largos años de
su cautiverio en La Rotunda, aquel el cariño lejano que se tiene prácticamente
por un fantasma.
Y
así, pasos de su vivir serán la dolorosa ausencia del padre, el fracaso
en Cumaná en 1929, el error del 18 de Octubre de 1945 y del 24 de Noviembre
de 1948, el asesinato al que al parecer se entregó inerme. Quien estudie a
Delgado por ello no puede dejar de preguntarse: ¿es que ya en la vida pública
no se supo cuidar o confió en quienes no debía?.
Es
por ello que en la novela histórica de Federico Vegas, un libro que es
imposible no tener en cuenta para examinar a nuestro hombre por sus hondos
atisbos psicológicos, hay allí un personaje quien compara a Delgado con Hamlet,
dada la relación que hay entre el personaje de William Shakespeare(1564-1616) y
Delgado: el fantasma del padre (Sumario, p.160).
Hay
hechos subrayables en el derrotero final de la vida de Delgado, siempre hemos
considerado central el diálogo que tuvo con Laureano Vallenilla Planchart, un
viejo amigo de sus días estudiantiles en París, pese a ser el uno hijo de una
figura connotada del antigomecismo y el abogado vástago del primer ideólogo de
la dictadura. También Arturo Uslar Pietri, funcionario diplomático en aquellos
días en París, fue amigo de ambos. Delgado siendo presidente veló por aquel
amigo hacía poco regresado del exilio. Aquello a lo que nos referimos lo
registra Vallenilla en su autobiografía Escrito de memoria. Sucedió el 4
de Noviembre de 1950 en un almuerzo en la casa del comandante Carlos Pulido
Barreto, allí le confió a su amigo las preocupaciones que tenía por su futuro,
nueve días después, el 13 de Noviembre, Delgado fue ultimado. El martes 14 de
Noviembre fue el entierro de Delgado, que el autor de estas páginas, niño aun,
observó desde una de las ventanas de la sala de la casa de la familia Mayz en
la esquina del Corazón de Jesús, vio la marcha de la cureña sobre la que iba el
feretro, custodiado por los cadetes de la Escuela Militar, hasta el Cementerio
General del Sur.
Es
curioso que en el caso de Delgado lo más importante a estudiar sea su asesinato
y se deje de lado una vida en verdad tan corta pero tan rica de positivas
iniciativas, tenía cuarenta y un años al fallecer. El hecho de ser ingeniero
civil con postgrado en estudios militares lo capacitó en forma grande para los
trabajos que cumplió. Su formación castrense le permitió llevar a cabo las
iniciativas que puso en marcha en las Fuerzas Armadas pero su preparación como
ingeniero le permitió comprender con claridad los hechos económicos como todos
los desarrollos de la infraestructura emprendidos desde Miraflores. Pero fue
precisamente su decisión de volver la democracia al país, poner fin a la
dictadura, que él mismo había contribuido a crear el 24 de Noviembre de 1948,
los que unió a los militares en el poder y los que estaban haciendo los grandes
negocios de ese período, a decidir eliminarlo impulsando a Urbina a hacerlo,
eso queda claro en cualquier análisis: Urbina no actuó solo. Y el mensaje que
envió a Pérez Jimenez un rato después de muerto Delgado es suficientemente
explicativo. Y aunque el papelito, dictado a su esposa María Isabel Caldera, no
llegó a ser utilizado en el juicio fue sin duda por temor, o por prudencia, del
Juez de la Causa, José E. Muñoz Rueda, a meterse en un atolladero, porque la
nota era acusadora.
Quiso
crear Delgado una verdadera democracia, pero ¿podía haberlo hecho en aquel
momento sin el concurso de todas las fuerzas políticas de la nación? Hubiera
sido, de haber sido, una democracia chucuta sin la presencia de la gente de los
partidos inhabilitados como AD.
Pese
a esta observación, que creemos es válida, hay que insistir en todo aquello que
se perdió con la eliminación de Delgado. Hay que recalcar hoy otra vez, aunque
falten pruebas, que Rafael Simón Urbina, era un delincuente nato, Cesare
Lombroso(1835-1909) hubiera sentido interés en analizarlo, no actuó sólo ni sus
tres secuaces, Antonio Aranguren, Antonio Rivero Vasquez y Franco Quijano, los
que montaron todo, no eran todos, ni el solo hecho de la no restitución de sus
bienes a Urbina, que el atribuía a culpa de Delgado(se los había quitado el
Tribunal de Responsabilidad Civil,1945), fue la única razón de la acción, ello
sirvió para moverlo a actuar. Sin duda, desde arriba Urbina, hombre vesánico,
fue empujado por los oficiales que deseaban más poder y por los empresarios sin
ética, tipo Arangurren y Rivero Vasquez, de deseaban ganar más dinero, con sus
negocios, sobre todo los de la construcción. Como lo sugirió, ojo zahorí,
el historiador Armas Chitty Urbina fue impulsado por diversos elementos, todo
dentro del gobierno.
Los
negocios de inmensas ganancias a los que siempre se opuso Delgado Chalbaud,
eran tales en el momento de su eliminación que Augusto Mijares(1897-1979),
primero su Ministro de Educación y mas tarde su Embajador en España, renunció a
su cargo, entre tras cosas, como lo reconoció Miguel Acosta Saignes(1908-1989),
con el seudónimo de Martín Cayaunare, en las páginas del “Suplemento Cultural”
de Ultimas Noticias, por su desacuerdo por los inmensos negocios que
veían realizándose. Don Augusto, venezolano raigal, fundó entonces una escuela,
como lo había hecho Juan Vicente Gónzalez(1810-1866) al ver lo que la
militarada monaguista había hecho el día del “asesinato al Congreso”(Enero
24,1848). Pensó entonces el gran “tragalibros” que el país no sería auténtico
sin ética y la moral solo y esta solo se aprendía en las aulas de verdaderos
maestros. Don Augusto pensó lo mismo. El fue uno de los que mejor conoció y
entendió a Delgado Chalbaud, aquel idealista sacrificado la mañana del lunes 30
de Noviembre de 1950 en la quinta Maritza de la calle La Cinta de Las Mercedes.
Cuando
Delgado cayó inerme ante las balas de la pandilla de delincuentes de Urbina se
volvió a hacer verdad la tradición venezolana de enaltecer a los peores y
rebajar a los mejores, maltratar a aquellos que pasaron años formándose en el
exterior para mejor servir a la nación. Delgado encarnó en su vida otra vez
todo lo que los Mantuanos hicieron a Francisco de Miranda(1750-1816) a su
regreso el año diez; los mil dicterios lanzados contra Andrés Bello(1781-1865)
por no haber regresado en 1829 y haberse dirigido a Chile; a José María
Vargas(1786-1854) por haber pasado la guerra estudiando en Inglaterra, el
destacadísimo Rafael de Nogales Mendez(1879-1937) o el notable científico
Humberto Fernández Morán(1924-1999). Y ello aunque los torvos “realistas
venezolanos” fueron perdonados después de 1830. Igual que a aquellos sucedió a
Delgado quien regresó el año treinta seis, connotado antigemecista, como un
nuevo “mirandita”, como llamó a mucho de los exilados, él mismo entre ellos,
Mariano Picón Salas(Regreso de tres mundos. México: Fondo de Cultura
Económica,1959,p.111). Los “miranditas” venían a redimir y encauzar el país.
“Miranditas” fueron también hombres como Alberto Adriani(1898-1936) y Arturo
Uslar Pietri. Pero Delgado por sus años en el extranjero, volvió ya siendo un
ingeniero graduado en Francia, y llegaría ser el único universitario de
nuestras Fuerzas Armadas, a Delgado lo vieron mal muchos, llegaron a no
considerarlo venezolano sino francés, por no haber cursado estudios castrenses
en Venezuela sino en Versalles, donde lo mandó el presidente López Contreras,
no llegaron incluso a considerarlo militar. Y como se destacó desde su regreso
de sus estudios militares en Francia fue mal visto pese a todo el impulso que
dio a la formación militar como profesor de la Escuela Militar y que fue, tras
el 18 de Octubre de 1945, quien como Ministro de Guerra y Marina primero, más
tarde como Ministro de la Defensa, fue él quien le cambió el nombre al
ministerio. Desde allí fue, repetimos, el hombre que condujo el gran desarrollo
que el Ejército deseaba, que fue una de las razones del golpe de 1945. Y quizá
por ello no le quedó otra alternativa, ya era demasiado prominente en la
política venezolana, de darle la espalda al presidente Gallegos, gravísimo
error sin duda de su vida, y embarcarse en el golpe de 1948 lo cual terminó
costándole la vida.
Pero
pese a todo fue una alta figura venezolana por sus ideales, erró el sendero,
pero este también tiene sus explicaciones, quiso ser un hombre limpio en medio
de tanta gente corrupta, encabezada por Pérez Jiménez, y pagó con su vida su
deseo de restaurar la democracia y lograr ser el nuevo presidente democrático,
un jefe de Estado de un signo muy distinto del que hubiera sido su padre de
haber llegado al poder quien era un hijo de los días del caudillismo. Por ello
tiene razón Ocarina Castillo cuando anota “Lo cierto es que Delgado salió de la
escena política venezolana con la misma soledad con la que había ingresado en
ella: sin identificaciones políticas ni con la derecha ni con la izquierda, con
distancias evidentes respecto al populismo de los actores de la Revolución del
18 de Octubre, pero también de los militares de sable y obediencia ciega. Todo
ello sin pertenencia a ningún grupo social o económico. No obstante su
solvencia profesional, madurez intelectual e integridad, su condición de
‘extrajero’, de ‘advenedizo’, le dificultó el desarrollo de una carrera
política en nuestro medio, donde por lo demás era visto con desconfianza y
resquemor por todos”(Carlos Delgado Chalbaud,p.133-134).
EL
LEGADO
Por
ello de él pudo decir Gerardo Sansón, su Ministro de Obras Públicas: “Delgado
era un hombre extraordinario, de una capacidad increíble de análisis,
perfectamente práctico. Sabía tomar decisiones con mucha energía. Era muy
culto, muy liberal, muy democrático. Era tan honesto que exageraba. El rumbo de
Venezuela cambió con su muerte”.
Y
Augusto Mijares: “Faltaríamos a un sagrado deber si no concluyéramos este
somero recuento de acariciadas memorias con el nombre de otro excepcional
venezolano que tuvimos el privilegio de observar de cerca: el coronel Carlos
Delgado Chalbaud…Algún día Venezuela conocerá mejor, en retrato de cuerpo
entero, todo lo que Delgado Chalbaud hubiera podido darle en patriotismo,
talento, conocimientos, laboriosidad y deseo de servir a una patria mejor.
Dentro de la línea de exposición que vengo siguiendo, debo conformarme con
recordar su espontánea y desdeñosa pulcritud en cuanto pudiera tocar el provecho
personal. Desafío demasiado temerario a los turbios intereses que le tocó
detener, y que en definitiva lo entregó, inerme, al sacrificio”.(Longitud y
latitud. Caracas: Ediciones Seguros Horizonte,1971,p.109).
Quien
todo esto ha estudiado, siempre con el corazón perturbado por la perdida de un
venezolano de los quilates del comandante Delagado, no puede dejar de recordar
una terrible frase de otro gran venezolano dicha a Lauraeano Vallenilla
Planchart(Escrito de memoria,p.269-270). Esto dijo el egregio doctor
Gustavo Herrera Grau(1890-1953) conversando en Nueva York: “La lógica histórica
no es aplicable a nuestro país. Allá triunfan los incapaces y se persigue a
los dignos”. ¿Habría que poner estas líneas como epitafio frente a la
tumba de Carlos Delgado Chalbaud?
Roberto Lovera De Sola, un gran, detallado, subyugante, y excelente artículo. Cnel.Carlos Delgado Chalbaut, épico personaje de nuestra historia venezolana moderna, con sus defectos que fueron muchos, pero insignificantes, con asombrosas ejecutorias, convertidas en mil virtudes.Como me ha enriquecido esta disertación histórica, que acabo de leer con entusiamo y devoción. En hora buena profesor Lovera, pues su aguda y acertada pluma pasará a compartir con los magistrales catedráticos que existen en esta materia. Saludos respetuosos: CAP (EJ)- (a) y Abg. JOSE EDUARDO PADRON MARCANO.
ResponderEliminarPor cierto profesor Lovera De Sola, por allá, por los años 1967-68, en el viejo Colegio La Salle La Colina de Caracas,tuve la afortunada ocasión y privilegio de ser su alumno, en la materia de Religión. Era la época del Hermano Carlos como Director, y del Hermano Efrain,...Leonor Martínez Nieto, como Prefecto de Secundaria.
ResponderEliminarQuiero significarle además, que me propongo escribir un libro relativo a la vida del personaje histórico que nos ocupa, y su valioso material, no solo me servirá para el mayor abundamiento en los detalles de mi modesta narración, sino también, para cobrar ánimos en mi empeño de aportar a las nuevas generaciones, un pequeño granito de arema, de nuestra historia venezolana contemporánea.Saludos respetuosos mi estimado profesor.
Saludos,..CAP (EJ)- (a) y Abg. JOSE EDUARDO PADRON MARCANO.
EliminarGracias por escribir
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