Para poder dar forma a nuestra idea principal señalaremos tres definidas tendencias, de tres tipos de Oficiales en el primer siglo de vida republicana: los Caudillos, los Pretorianos y los Oficiales de Orientación Profesional. Pero a diferencia de éste, sostenemos que los caudillos como tales desaparecen en las décadas iniciales de la institucionalidad militar venezolana del siglo XX.
Esos guerreros improvisados de las guerras civiles de 1898-1903, se incorporan a un efectivo Ejército Nacional en formación, hacen vida de cuartel, se disciplinan, hacen de la carrera de las armas una profesión. Algunos pasan por la Escuela De Aplicación, pero todos sin excepción se "institucionalizan". Por meras razones de tiempo, para 1945 eran muy pocos los que quedaban con vida. Por muy jóvenes que se hubieran iniciado en esas guerras civiles, estarían ya con más de 60 años, su pase a retiro era, insistimos, cuestión de un par de años.
En realidad, durante el gobierno de Medina Angarita coexisten dos tendencias dentro del cuerpo de Oficiales militares. Ambas secularmente venezolanas. Los pretorianos y los de vocación profesional militar. Los despectivamente llamados Oficiales "chopo e piedra", por carecer de estudios sistemáticos en la ciencia y arte de la guerra moderna (poco importa si su origen era el de las guerras civiles o el de la vida de cuartel), insistimos, eran tan profesionales castrenses, si no más en la práctica, que los jóvenes militares golpistas de 1945. Estos últimos son de una definida orientación pretoriana, una minoría exitosa que logra catapultar al Ejército venezolano de su condición de pretoriano árbitro a pretoriano gobernante. También, no todos los Oficiales de escuela fueron golpistas en 1945. El sector pretoriano fue una activa minoría.
El espejismo de los militares "chopo e piedra", sirvió para justificar las purgas castrenses. Así como el avance modernizador en la realidad militar se publicitaba, sin tomar en cuenta que era el resultado de un proceso evolutivo de décadas, dentro de la institución militar. Coyunturalmente este avance técnico se ve favorecido por la II Guerra Mundial y su feliz término. Eso, claro está, lo callan las Memorias del ahora Ministerio de la Defensa.
El mayor de los espejismos históricos, fue el creer que con el golpe de estado contra Medina Angarita se había avanzado hacia una realidad políticamente democrática. Libertad de expresión y asociación política, existían ya durante el gobierno medinista. Lo que se logró fue avanzar democratizando la elección de las autoridades públicas. El voto universal, directo y secreto, para hombres y mujeres supiesen o no leer y escribir, para la elección de las autoridades públicas. Sin duda alguna un gran logro, más de cien años tardó Venezuela en obtener esta auténtica e importante conquista política. Pero el precio que se pagó para lograrlo en 1945 fue altísimo, más aún, en términos políticos, miopemente alto.
Tanto el voto universal directo y secreto en las elecciones nacionales para todo venezolano mayor de 18 años, incluyendo los analfabetas, al igual que el desincorporar a los viejos oficiales "chopo e piedra", era un proceso que cualquier observador inteligente podría concluir como evidente, para finales de los 1940's. Las Memorias de Guerra y Marina reportaban, como se señaló en párrafos anteriores, como año tras año estos viejos Oficiales eran lentamente desincorporados como Oficiales activos en la institución militar. El carácter evolutivo y reformista de los gobiernos presididos por los Generales López y Medina, respectivamente, se evidencia en la creación de los partidos políticos, la absoluta libertad de expresión y el candidato civil para la Presidencia de la República. Esto para no referir a la legislación petrolera y de reforma agraria impulsada por Medina El voto universal y la mayor celeridad en la modernización del sector militar era, se insiste en ello, básicamente un problema de tiempo, en cosa de unos cuantos años, sin necesidad de recurrir a la violencia, se podrían lograr evolutivamente, legalmente, sin traumas, ambos.
Lo que no entendieron los dirigentes políticos de AD era que lo verdaderamente precioso del proceso evolutivo de los gobiernos de López y Medina, era el esfuerzo cierto por fortalecer la institucionalidad política. Que los principales enemigos de ese proceso, eran los pretorianos dentro del sector militar. No lograron entender que los viejos enemigos militares de ayer, eran los mejores garantes del progreso político del futuro inmediato y mediato. Ingenuamente supusieron que podían dominar a los pretorianos.
Esta tendencia pretoriana se fortaleció en los años 1945-1948. El poder no estaba en la opinión pública ni en la prensa libre ni en las urnas electorales. El poder estaba en los cuarteles y eso se demostró como evidente en el golpe de estado de noviembre de 1948. En términos huntingtonianos, nunca en el Trienio, se logró que la institucionalidad superara a la participación política. Es en realidad el mejor ejemplo, por no decir el único, hasta ahora, de un pretorianismo de masas en Venezuela.
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