¿Sabes quién fue San Valentín? NAD te responde
Para todos los que se preguntan quién es San Valentín y de dónde proviene la creencia y la celebración del día de este Santo,especialmente en Alemania, Francia, Bélgica, Inglaterra y especialmente América, donde es considerado como el “Día de los enamorados”, jornada en que estos se hacen promesas, felicitaciones y regalos.
Esta costumbre se creó por diversos orígenes folklóricos y también por el prestigio popular del Santo como milagroso.
Existen dos principales ”leyendas”. La primera explica que San valentín era médico y sacerdote, quien fue ejecutado un 14 de febrero al no querer renunciar al cristianismo y por haber casado a parejas en secreto después de que el matrimonio fue prohibido por el emperador Claudio II. Otra leyenda dice que es patrono de los enamorados porque su fiesta coincide con el momento del año en que los pájaros empiezan a emparejarse.
El siglo III fue la era de los mártires y por todo el Imperio romano corrió “el huracán de la persecución”.
Valentín residía en la capital del Imperio, reinando Claudio II. Su virtud y sabiduría le habían hecho ganar la veneración de los cristianos y de los mismos paganos. Por su gran caridad se había hecho merecedor del nombre “padre de los pobres”.
La corte imperial decidió conocer la influencia que ejercía San Valentín en todos los ambientes romanos, y el emperador mandó a buscarlo para conocerlo personalmente. Valentín, en aquella entrevista, no dejaría de interceder en favor de su fe católica y contra el estado de persecución en que a menudo se encontraba sumida la Iglesia.
El soberano, que estaba interesado en ganarse la amistad y la colaboración del inteligente sacerdote cristiano, escuchó con agrado sus razones. Sin embargo le dijo que lo creía un exagerado fanático, y fue cuando replicó San Valentín evangélicamente: “Si conocierais, señor, el don de Dios, y quién es aquel a quien yo adoro, os tendríais por feliz en reconocer a tan soberano dueño, y abjurando del culto de los falsos dioses adoraríais conmigo al solo Dios verdadero».
Asistieron a la entrevista, un letrado del emperador y Calfurnio, prefecto de la ciudad, quienes protestaron enérgicamente contra las atrevidas palabras dirigidas hacia los dioses romanos, calificándolas de blasfemas. Temeroso Claudio II de que el prefecto levantara al pueblo y se produjeran tumulto, ordenó que Valentín fuese juzgado con arreglo a las leyes.
Interrogado por Asterio, teniente del prefecto, Valentín continuó haciendo profesión de su fe, afirmando que es Jesucristo “la única luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo”. El juez, que tenía una hija ciega, al oír estas palabras, pretendiendo confundirle, le desafió: “Pues si es cierto que Cristo es la luz verdadera, te ofrezco ocasión de que lo pruebes; devuelve en su nombre la luz a los ojos de mi hija, que desde hace dos años están sumidos en las tinieblas, y entonces yo seré también cristiano”.
Valentín hizo llamar a la joven a su presencia, y elevando a Dios su corazón lleno de fe, hizo sobre sus ojos la señal de la cruz, exclamando: “Tú que eres, Señor, la luz verdadera, no se la niegues a ésta tu sierva”. Al pronunciar estas palabras, la muchacha recobró milagrosamente la vista.
Asterio y su esposa, conmovidos, se arrojaron a los pies del Santo, pidiéndole el Bautismo, que recibieron, juntamente con todos los suyos, después de instruidos en la fe católica.
El emperador se admiró del prodigio realizado y de la conversión obrada en la familia de Asterio; y aunque deseara salvar de la muerte al presbítero romano, tuvo miedo de aparecer, ante el pueblo, sospechoso de cristianismo.
San Valentín, después de ser encarcelado, cargado de cadenas, y apaleado con varas nudosas hasta quebrantarle los huesos, se unió íntima y definitivamente con Cristo, a través de la tortura de su degollación.
Manuelis Álvarez
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