Este domingo, el primer ministro de Tailandia, Abhisit Vejjajiva, ha ordenado sacar a las calles de Bangkok a los soldados y carros de combate tras decretar el estado de excepción con el fin de acabar con las protestas de los manifestantes que persiguen su caída y que forzaron la cancelación de la Cumbre ASEAN. En respuesta a esta medida, cerca de medio centenar de "camisetas rojas" han sobrepasado sin encontrar resistencia a los soldados que se suponía protegían el Ministerio del Interior, donde Vejajiva había anunciado minutos antes la entrada en vigor del estado de excepción. Otros exaltados, provistos de palos y también armas de fuego, se han abalanzado sobre el coche oficial de Vejjajiva, aunque el Gobierno no ha aclarado si el primer ministro iba a bordo cuando se produjo el ataque. El Ejército ha bloqueado todas las calles que conducen al Palacio del Rey, Bhumibol Adulyadej, ubicado a medio camino entre la parte vieja y la nueva de Bangkok, mientras las Fuerzas Armadas despliegan unidades del Ejército de Tierra, Armada y la Fuerza Aérea en al menos otros cincuenta puntos de la ciudad.
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