Nacido en la hacienda familiar de La Mulera, cerca de San Antonio del Táchira(Julio 24,1857), anotando algo que podría aplicarse a todos los estudios reunidos en este volumen. Escribió: “La imagen e interpretación de los grandes protagonistas de la historia varía sensiblemente al paso de los años y de las generaciones. La voluntad de ser objetivo al juzgar los procesos socio-políticos, y en especial si estamos involucrados, es un ideal de nuestro propio conocimiento”(p.69).
Y entrando en Gómez indica: “Toda gestión política trascendente va de manera indefectible unidad al dolor, la injusticia y la muerte”(p.69). En verdad Venezuela era una cuando el apareció en nuestra escena política, el 23 de Mayo de 1899, como el finalista de la “Invasión de los Sesenta” que encabezaba su compadre Cipriano Castro(1858-1924); muy distinta fue cuando puso fin al caudillismo y las guerras civiles en la batalla de Ciudad Bolívar(Julio 21-22,1903); mucho más mutada cuando tomo el poder(Diciembre 9,1908), cuando se asentó plenamente en él en 1913, cuando su mano férrea creó, en los años veinte, el Estado Moderno que fue posible gracias al petróleo, aparecido en 1914 y muy distinta, completamente, el día en que falleció tranquilamente en su cama en su casa de Las Delicias en Maracay(Diciembre 17,1935).
Fue el fundador del Estado Moderno, tiempo en el cual, pese a lo que se haya dicho en contra, Venezuela entró en el siglo XX. Lo que nos llevó, como lo hizo Luis XI(1423-1483), rey de Francia, a cambiar el país de “un mosaico anárquico…[a] un país unido, fuerte y vigoroso”(p.69).
Hemos señalado nosotros, pese a las protestas de los descendientes de los perseguidos, que fueron muchos, porque don Juan Vicente fue hombre cruel, que fue un dictador creador. Y anota Herrera Luque: “el tremendo dictador pudo graduarse de estadista luego de treinta años de haber entrado a Caracas e iniciarse en política. Negarle a Gómez esa posibilidad redentora, y en especial cuando tuvo por mentores a [Laureano]Vallenilla Lanz(1870-1936), [José]Gil Fortoul(1861-1943), Pedro Manuel Arcaya(1974-1958), es una flagrante injusticia como lo demuestran los miles de hombres que en diferentes épocas y países de procedencia tan ignara y que en menor tiempo alcazaron las más altas dignidades, conduciéndose muchos de ellos como verdaderos estadistas”(p.70).
Y prosigue al referirse así al gobernante: “El Gómez del año diez y ocho no es el del veinte y ocho, como no lo es a los comienzos de su mandato ni en sus postrimerías. Negarle a Gómez esa posibilidad evolutiva…no solo es ingenuo, es absurdo y anticientífico”(p.71).
Fue el creador de la paz. Por ello leemos aquí: “Con la muerte de los caudillos de abundante prole universitaria, sobrevino la paz para el hombre común y la protesta romántica de los visionarios. Con la paz que Venezuela no había conocido en su primer siglo de nación independiente vino el progreso. Los malhechores y caciques municipales, que entorpecían el fluir de los caminos, desaparecieron del panorama político”(p.73). Tal lo que hizo este hombre considerado por nuestro psiquiatra e historiador un “espíritu sagaz y de gran inteligencia”(p.71), inteligencia natural, desde luego, no la de un hombre culto, que Gómez no fue, inteligente pero su intuición, su silencio, su capacidad de reflexionar fue salvadora para Venezuela. Tanto que la transición de su gobierno al que le siguió, el del general Eleazar López Contreras(1883-1973) fue pacífica e institucional. Y dejó en el poder no solo al militar más preparado del ejército sino a un intelectual con obra publicada en el campo de la historia.
0 comentarios:
Publicar un comentario