191101231206 Comunicados del golpe de estado de 1948 contra Rómulo Gallegos ~ .

sábado, 23 de noviembre de 2013

Comunicados del golpe de estado de 1948 contra Rómulo Gallegos



Fuerzas Armadas Nacionales
Comunicado a la Nación
      Las fuerzas Armadas Nacionales, ante la incapacidad del Gobierno Nacional para resolver la crisis existente en el país, en vista de la intromisión de grupos extremistas en la vida nacional, puesta de presente en la mañana de hoy por la decisión de una huelga general de consecuencias incalculables y ante la incitación a las masas para cometer actos vandálicos y alterar el orden, han asumido plenamente el control de la situación para velar así por la seguridad de toda la Nación y lograr el definitivo establecimiento de la paz social en Venezuela.
Las Fuerzas Armadas Nacionales esperan que todo el pueblo de Venezuela respalde con su actitud de moderación, con plena responsabilidad de su conciencia democrática, la que es patriótica y firme resolución de las Fuerzas Armadas Nacionales.
Caracas: 24 de noviembre de 1948.
Exposición de las Fuerzas Armadas Nacionales. Comunicado Nº 6
El 18 de octubre de 1945 el ejército nacional actuó contra un orden de cosas que la Nación consideraba viciado y las Fuerzas Armadas Nacionales dieron entonces un ejemplo de desprendimiento que fue aplaudido por el pueblo de Venezuela, al no querer el poder para sí y declinarlo en manos del único partido que para entonces hacía oposición al régimen.
Al comienzo, y pese a la inclusión de dos militares en el Gobierno, la actitud de las Fuerzas Armadas fue de absoluto apoliticismo. El Partido Acción Democrática continuó a pesar de que pregonaba de ser un partido nuevo, los vicios políticos que caracterizaron los anteriores gobiernos, aprovechándose seguidamente del poder para su propio beneficio, implantando el sectarismo político, manteniendo una agitación permanente y trayendo el desbarajuste total de la República. Sin embargo, las Fuerzas Armadas ante los brotes esporádicos de rebeldía de algunos de sus miembros y aún a sabiendas de que se sacrificaba a veces elementos valiosos, reprimió inexorablemente todo intento de subvertir el orden establecido.
Llevadas a cabo las elecciones para Asamblea Nacional Constituyente, el pueblo venezolano dio sus votos por quienes creyó intérpretes del sentimiento y del espíritu de la Revolución, pero Acción Democrática capitalizó para ella los resultados y dio al país una Carta Fundamental que, si bien contiene principios progresistas, adolece de vicios encaminados al ejercicio abusivo del poder. Bajo el imperio de esa Constitución fue elegido el Presidente de la República, demostrando su voluntad de ser guardianes de las instituciones y mantenerse ajenas a toda ambición de poder. La promesa de concordia fue una nueva esperanza frustrada, pues el Presidente vio sacrificada su libertad de acción por la constante intromisión de su partido, que negaba así las atribuciones que él mismo en su acción legislativa le confirió a la Constitución Nacional. Lograda definitivamente la posesión integral del Poder civil por Acción Democrática, la fracción extremista que ha controlado dicho Partido inició una serie de maniobras tendientes a dominar también a las Fuerzas Armadas Nacionales, tratando de sembrar entre ellas la discordia y la desunión. Los organismos superiores del Ministerio de la Defensa Nacional, responsablemente pusieron al Presidente de la República en conocimiento de estas circunstancias, esperando un remedio oportuno y eficaz. Pero la influencia del Presidente en el Partido una vez más fue nugatoria. Por el contrario, esta conducta de las Fuerzas Armadas se interpretó tendenciosamente como desafección al gobierno, y lo que pudo ser problema de fácil solución, se convirtió por obra de la intransigencia partidista y de la indecisión del Presidente, en una crisis política extraña a la intención y a la actitud de las Fuerzas Armadas. Los extremistas de Acción Democrática vieron la oportunidad de cumplir sus designios increpando a las Fuerzas Armadas de una crisis artificial. En la mañana de hoy, cuando las Fuerzas Armadas esperaban que el nombramiento del nuevo Gabinete daría lugar al restablecimiento de la tranquilidad y a un planteamiento sincero de las causas que originaron su alteración, sorprende la decisión tomada por una organización sindical controlada por el Comité Ejecutivo del Partido Acción Democrática, de declarar la huelga general por razones que las Fuerzas Armadas Nacionales desconocen; decisión notificada al Comando Militar por un miembro prominente de ese Partido, sin que se recibiesen instrucciones algunas para contrarrestar la irresponsable orden de huelga que vendría a ocasionar el colapso económico del país. Esta situación obligó a las Fuerzas Armadas a asumir el control de la situación en la República; y es satisfactorio informar al pueblo venezolano que en esta actitud el Comando Militar se encuentra asistido por el respaldo absoluto y unánime de todas las Fuerzas Terrestres, Navales, Aéreas y de Cooperación, así como también por los Cuerpos Policiales de la capital de la República y de las plazas importantes del país.
Toca ahora al pueblo venezolano, que ha sido siempre paradigma de patriotismo y de serenidad asumir la actitud que le corresponde seguro de que todas las medidas de orden progresista tomadas hasta la fecha, serán mantenidas en todo su vigor, siendo la mejor intención de las Fuerzas Armadas Nacionales que en adelante, y por los órganos precisos se proceda a aplicar efectivamente todas aquellas otras necesarias a su mejoramiento y bienestar.
De la constitución política del nuevo gobierno, en cuya formación se trabaja, podemos adelantar que, alejado de todo extremismo, estará formado por hombres de reconocidas virtudes ciudadanas que garanticen la imparcialidad, honestidad y eficacia que serán distintivos de una administración progresista.
De la responsabilidad que el pueblo venezolano sepa asumir en este momento histórico, y del rápido restablecimiento de la normalidad, depende el encauzamiento hacia un orden constitucional adecuado a la verdadera realidad venezolana y surgido de la voluntad nacional, libre e imparcialmente manifestada a través de las organizaciones políticas.
De esta manera las Fuerzas Armadas Nacionales dejan informada a la Nación de que una vez más están cumpliendo con los sagrados deberes a ellas encomendados.

Caracas, 24 de noviembre de 1948.

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