Por: Javier Bermudez
Una mañana al
despacho presidencial llega
a toda prisa el general López Contreras, pues lo han mandado a llamar
con carácter de urgencia.
- Ordene usted mi general…dice a viva voz y
marcialmente parado frente al general
Juan Vicente Gómez.
- Mira José Eleazar… - Diga Mi general…
- ¿Quiénes son los Hermanitos Pérez
Jiménez? le dice en el más puro acento andino tachirense y con la expresión que lo caracterizaba
cuando andaba preocupado o molesto, con su ojos bien cerrados,frunciendo el
ceño… y aprontándose los guantes…
- Son dos buenos Muchachos integrantes del ejército nacional,
uno ya es Oficial con una irreprochable hoja de servicio Juan y el otro es el alférez mayor de la escuela Militar a
quien le entregamos la semana pasada el reloj, ese es Marco Evangelista, mi
general son dos buenos ejemplares del militar, flor innata del Táchira…
- Dos noooooooooo, son tres el menor, francisco es un cabeza caliente, un revoltoso , comunista lo
detuvieron en un bus en la frontera de Cúcuta con panfletos pro comunistoides
instigando al bochinchito , y si uno es,
los otros también…
- No mi general., ellos han dado prueba de lealtad y eficiencia..
- No me digas nooooo,
si yo lo digo esssss, ¿ entendés?
- SI Mi general.
- Así que a esos dos mala hiervas , los
despachás de una vez y los mandás lejos o se van a la rotunda pa´ que no den
problemas.
- No hablo más… y
golpeando su bastón tres veces se
acarició el bigote dio la vuelta y salió del despacho rumbo a la Victoria.
El General López
se encontraba en un dilema, el conocía bien a los hermanos Pérez Jiménez sabía
que no eran nada de lo que los acusaban,
que por el contrario era muy prusianos y buenos oficiales, encontrar personas con el nivel de los Pérez Jiménez
para esa época era muy difícil y los gente como ellos era muy necesaria
para cambios que requería el ejército en
ese momento , es por ello que el general López
decidió omitir la orden el
General Gómez un tiempo a ver si le pasaba la calentura y dejar a estos
muchacho en la filas castrenses.
Pero al jefe nada se le olvidaba y todo lo que
ocurría en el país lo sabía y esto le constaba al General López pero su sentido
de justicia o tal vez el destino lo orientaron en este desliz que casi acaba con
su carrera militar.
Una mañana al dirigirse
a una parada militar el General
López esperaba el carro presidencial donde siempre acompañaba al General Gómez para ponerlo al
tanto de todos los detalles del acto en si, pues el General López era el
oficial de mayor rango después de Gómez en la fuerza armada, pero esta vez el
carro no se detuvo por el contrario le
paso de largo y López tuvo que irse con
otras persona al acto.
El disgusto durante todo el acto y el desagrado por la presencia de López no pudo disimularlo
el jefe máximo. López entendió que todo
se debía a que no había ejecutado la orden de
sacar del ejercito a los hermanos Pérez Jiménez
De no ser porque
en ese mismo instante estalló una
invasión a Venezuela por parte de las guerrillas internas, la surte de
López se hubiera acabado dentro del
estamento militar. ¿Premonición del general Gómez?, ¿veía realmente más allá
de lo evidente?, pues si López
ejecutaba esa orden la hegemonía andina
no hubiera acabado en el 45, la historia
hubiera sido otra , pues recordemos
que casi como predestinado, Marcos
Pérez Jiménez fue quien
en 1945 dio el golpe de estado
contra Medina Angarita e hizo preso al mismo general López expulsándolo del país,( debió seguro recordar en ese instante la advertencia que con toda su sabiduría, le hiciera el benemérito Juan Vicente
Gómez, al verlo defender con encono y demostrar renuencia a cumplir la orden de
excluirlos del ejercito “Ya verá que si usted no acata mi instrucción, el
tiempo le dirá que yo tengo razón”.) eliminando así el
poder tachirense que reinaba desde 1900.
Aun siendo Tachirense se apartó de ese vínculo y deja claro que el pertenecía a
una casta militar muy diferente.
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