Isaías Medina Angarita fue el primer Presidente venezolano que viajó al exterior. Primero, en 1943 a los países bolivarianos, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Panamá, y en enero de 1944, a Estados Unidos en visita de Estado, invitado por Franklin D. Roosevelt. La visita marcó un hito en las relaciones venezolano-norteamericanas. Además de tratarse de la primera vez que un presidente venezolano (en ejercicio) visitaba Estados Unidos, el momento en que fue realizado el viaje se entendió como expresión de la alianza de Venezuela con las Nacio­nes Unidas, como ya se llamaban a los países que combatían al Eje.
Si se considera, por otra parte, la importancia que de la amistad y el acercamiento de quienes com­batían por el triunfo de principios y aspiraciones comunes, a la visita se le dio una interpretación de jerarquía. Tenía, en efecto, implicaciones políticas que iban más allá de la relación bilateral. Se consideró, sin ambages, como un episodio que le imprimía dimensiones de largo alcance a la política exterior de Venezuela.
Durante su visita al norte, en Nueva York, Medina condecoró con la Orden del Libertador al abogado Severo Mallet Prevost, ya de edad muy avanzada, quien a finales del siglo XIX había sido, junto con el ex-presidente norteamericano Benjamín Harrison, abogado de Venezuela en la controversia con la Gran Bretaña por la región del Esequibo. Para la ocasión, Parra Pérez le preparó un discurso al Presidente, pero entre ambos lo juzgaron demasiado fuerte en boca de un jefe de Estado, pues acusaba severamente a la Gran Bretaña del despojo de miles de kilómetros y en su lugar fue leído sin variaciones por el embajador en Washington, Diógenes Escalante.
1945 fue un año singular en las relaciones políticas de los países americanos y en la política internacional de Venezuela, conducida por el canciller Caracciolo Parra-Pérez. Este gran ministro quien participó en las conferencias de Buenos Aires, de Río de Janeiro, de Chapultepec, donde se echaron las bases del sistema interamericano bajo nuevas perspectivas, y se aprobó, además del Acta de Chapultepec, la Carta Económica de las Américas.
Finalmente, en la Conferencia de San Francisco, punto final de convergencia de todos aquellos esfuerzos, tuvo lugar la fundación de la Organización de las Naciones Unidas donde Venezuela jugó un papel fundamental. En marzo de 1945, luego de conversaciones llevadas a cabo en Washington entre los embajadores venezolano y ruso se establecieron las relaciones diplomáticas entre nuestro país y la Unión Soviética.  Retengamos la observación del doctor Ramón J. Velásquez.
“La línea de entendimiento entre las llamadas democracias burguesas y la URSS, va a determinar no sólo en cese de las actividades de oposición del Partido Comunista, sino un franco apoyo al Gobierno del Presidente Medina Angarita, a través de Unión Municipal y Unión Popular, formas legalizadas de su actuación y en los documentos que en la ahora tranquila clandestinidad lanza el PCV”.
La política exterior del Presidente Medina Angarita, influida decisivamente por el canciller Caracciolo Parra-Pérez, se desenvolvió en un periodo turbulento del siglo XX, durante prácticamente todos los años de la II Guerra Mundial.
SIMÓN ALBERTO CONSALVI