Hugo Trejo |
Los hechos se precipitan el 31 de diciembre cuando, por una delación, comienzan a llegar noticias sobre varias detenciones de algunos oficiales comprometidos, que hasta el momento eran 280.
Se acordó anticipar el alzamiento, cuya señal sería un avión sobrevolando Caracas a las 6:00 de la mañana, asimismo, se ordenó la toma del viaducto de La Cabrera y el distribuidor La Encrucijada para detener a las fuerzas leales al régimen que llegaran desde Valencia, estado Carabobo, San Juan de los Morros, en Guárico y Ciudad Bolívar.
No se pudo tomar Caracas ―de donde se envió una columna de tanques a Maracay― debido a que sólo se contaba con tres unidades comprometidas en el Cuartel Urdaneta (Catia), donde habían pocas municiones y personal, además los tanques eran simples vehículos sin artillería, frente al resto de las guarniciones de Caracas y La Guaira, que sumarían cerca de 6.000 hombres, artillería antiaérea y 25 blindados.
"No se podía brindar un éxito militar al gobierno, era darle fortaleza, era condenar la insurgencia", dice Trejo al respecto de un ataque en esas condiciones a Miraflores.
Por tal razón Trejo decide ocupar Los Teques, capital de Miranda y ubicación estratégica entre Caracas y Maracay, donde fue detenida la Seguridad Nacional y la Policía del estado se plegó al movimiento. Sólo se resistió la escuela de Ramo Verde, que fue finalmente rendida.
Éxito en Maracay
Desde la 1:00 de la madrugada del 1º de enero la guarnición de Maracay se encontraba en insurgencia. Los cuarteles Sucre, Páez y Bolívar estaban en rebelión. Al entonces subteniente Jacinto Pérez Arcay le correspondió, al mando de un pelotón, detener al comandante de guarnición y al gobernador del estado.
Los oficiales insurgentes allanaron la sede de la Seguridad Nacional, liberaron a los presos y tomaron los medios de comunicación y servicios públicos. El siguiente plan eran los bombardeos de Miraflores y la sede de la policía del régimen, en Caracas, con aviones de guerra.
El mismo avión caza F-86 que surcó Caracas, despegó desde Maracay, pilotado por el mayor Edgar Suárez Mier y Terán. Mientras, desde la radio el teniente Hugo Montesinos Castillo arengó al pueblo que salió a la calle a manifestar su apoyo a la insurgencia.
Trejo prisionero
El Grupo de Artillería Antiaéreo Rivas, supuestamente estaba comprometido con el movimiento, pero en realidad quedó bajo el mando de la dictadura y logró bombardear a un avión caza que aterrizó de emergencia en Maiquetía, donde se hizo prisionero a su piloto, el teniente Paiva.
Este hecho, junto a otros errores de movilización, produjo la huída del mando militar de las Fuerzas Aéreas y un grupo de pilotos hacia Colombia, a bordo del avión presidencial dejando a solas al movimiento insurgente, razón por la cual Trejo decide ir a Maracay para respaldar a las fuerzas ahora conformadas únicamente por oficiales superiores y subalternos.
En su viaje a la capital aragüeña, cerca de Los Cerritos (Aragua), Trejo logra identificar a un pelotón y lo hace prisionero. Al pasar por La Victoria y Turmero sospecha que algo ocurre debido al ambiente de tensa calma en ambos poblados, hasta que llega a las inmediaciones de la Escuela de Aviación Militar, en Maracay, donde es detenido por otros oficiales a bordo del vehículo en que se trasladaba.
Luego de la detención es conminado a pedir la rendición de las unidades insurrectas de los cuarteles Bolívar y Páez, más tarde le tocará hablarle al pueblo a través de Radio Maracay para manifestar su rendición.
Trasladado a Caracas se entrevista con Pérez Jiménez, quien lo amenaza. Luego del correspondiente consejo de guerra pasa a retiro por insurrección militar y lo hacen prisionero en la cárcel modelo.
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