Marcos Pérez
Jiménez, convocó a su despacho en el Palacio de Miraflores al general Rómulo
Fernández, ministro de la Defensa. Días atrás
Fernández había señalado en nombre del Alto Mando de la Fuerzas Armadas una hoja a Pérez
Jiménez en el que se solicitaba la
salida de Laureano Vallenilla,
ministro del Interior, y de Pedro Estrada, Director de la Seguridad Nacional.
Pérez dando el si a esto. Destituyó a
Vallenilla, sacó a Estrada del país y formó un equipo gubernamental integrado
solo por oficiales de las Fuerzas
Armadas.
Ese
mismo día Marcos Evangelista pasó
estratégicamente al contragolpe. Entró
súbitamente al despacho, Fernández lo recibió parado y
Pérez le espetó : “Yo lo saqué del anonimato. De teniente coronel lo
hice jefe de la Guarnición de La Guaira
luego lo nombré Jefe de
Agrupamiento. Lo ascendí a coronel y después a general sin pasar por curso.
Todo lo que es me lo debe a mí”.
Pérez rojo de rabia, mientras
agitaba en la mano un foete de cuero, dijo gritando: “Y usted quería quitarme el poder y Ahora va a ver quién es el que manda aquí. Hasta hoy es
ministro y se me va ya mismito del país”.
Luis Llovera Páez, detrás de unas cortinas,
salió portando un arma larga y detuvo a Rómulo Fernández. Dos Coroneles entre
ellos Carlos Pulido Barreto que como dijimos en el artículo anterior era el
jefe de armamentos y el mayor Oswaldo Grazziani condujeron a Fernández fuera
del despacho presidencial y, lo llevaron
a la
La Carlota de donde salió hacia República Dominicana. Llovera Páez, al
frente de un pelotón de blindados M-18 y con apoyo de la Policía Militar, subió a La Planicie y
acordono el cuartel de la montaña. Todos
los oficiales fueron reunidos en el patio. Luis Felipe Llovera leyó una lista: “Todos los oficiales que voy a
nombrar deben ir inmediatamente a Miraflores: Pérez Morales, Bastidas Torres,
José Isabel Gutiérrez…”. Las transferencias
y las anulaciones de cargos son inmediatas. Jesús Manuel Pérez Morales
es enviado a Londres, Bastidas Torres a Perú, José Isabel Gutiérrez corre igual
suerte. El teniente coronel Raúl Croce, encargado de la Comandancia de la
Guardia Nacional, es reemplazado por Carlos Luis Araque. Marcos Evangelista asume el Ministerio de la
Defensa. El contragolpe se ha consumado. Diez días después la historia cambiaría para siempre y se cerrara
una Etapa que cristalizo en concreto a venezuela
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