Documentos Originales
Serie:"Soldados de la Libertad"
Junta
Militar de Gobierno
Miraflores, 27 de enero de 1949
Los que suscriben tienen el deber de
precaver a la Oficialidad contra la propaganda que, en breve plazo intensificarán
elementos que han visto derrumbarse sus ambiciones de predominio sectario. Esa
propaganda será hecha directamente o por personas interpuestas, y tendrá su
fuente en elementos extremistas que no vacilarán en llegar hasta la calumnia
para crear un ambiente de confusionismo que sirva a sus fines. Por ello es
indispensable que los jefes y Oficiales estén compenetrados con hechos que son
bien conocidos, pero que es necesario tener presentes, para que en ningún
momento, pueda ser sorprendida su buena fe.
Estos
hechos históricos pueden resumirse así: en el año de 1945, como consecuencia de
la desinteresada intervención que hicieron las Fuerzas Armadas, llegó al Poder
el Partido Acción
Democrática.
Ningún pacto político existía entre militares y civiles. Se estaba en
conversaciones preliminares y apenas se habían efectuado dos o tres reuniones,
en las cuales se había discutido entre el grupo militar y el civil
generalidades que no tenían matiz conspirativo, cuando la acción brusca del
Gobierno suscitó un movimiento en defensa de los militares, que produjo el
derrumbamiento de aquél. El Partido Acción Democrática aprovechó desde el
principio el que las Fuerzas Armadas tenían toda su atención puesta en
cuestiones de Seguridad Pública, en evitar violencias y en resolver problemas
profesionales, para infiltrarse en todos los puntos claves de la armazón
estatal. Poco sabían el país y las Fuerzas Armadas, para aquel entonces, de ese
Partido, sino que desde la oposición ofrecía realizaciones morales y materiales
que engañaron a muchos venezolanos de buena fe. Fue constituido, en aquel año,
un Gobierno con mayoría civil, pero por desgracia, con abrumadora mayoría de
hombres de un solo Partido.
Poco
tiempo después se empezó a sentir que el país repudiaba esa forma de hegemonía
por un grupo político que había alcanzado el Poder, no mediante su propia
fuerza, sino amparado en el generoso desprendimiento de la Institución Armada.
Se presintió igualmente que el Gobierno monopartidista, haría aprovechamiento
en su favor del proceso electoral. Ante ese temor fue categóricamente expuesta
por los Miembros Militares de la junta revolucionaria de Gobierno al Presidente
de la misma, la necesidad de que no permaneciera al frente del Ministerio de
Relaciones Interiores un hombre del Partido. A regañadientes fue aceptada la
fórmula de remover a Valmore Rodríguez del Ministerio de Relaciones Interiores,
no sin que antes se hubiese esbozado la maniobra, a título de compensación, de
que el Teniente coronel Carlos Delgado Chalbaud abandonase el Ministerio de la
Defensa Nacional, ya que no se le consideraba persona grata al Partido.
Al avecinarse la fecha
prevista para las elecciones a Constituyente, pareció que no era bastante
garantía de imparcialidad el hecho de que fuese políticamente independiente el
Ministro del Interior, y se pensó en la fórmula de que presidiese el Gobierno
un civil sin compromisos de Partido o un militar, sin que tal solución pudiese
ser lograda por múltiples razones, siendo una de ellas, inclusive, la
inhabilitación física en que llegaron a encontrarse en un momento dado los
Miembros Militares de la junta Revolucionaria pues
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